Los de Pablo Laso dominaron el encuentro con facilidad, con rentas superiores a los veinte puntos. Siete jugadores blancos alcanzaron los diez puntos. Paunic y Urtasun, los mejores por parte del conjunto de Cuspinera, que echó de menos a un Popovic condicionado por las faltas
Breve, muy breve. Así fue el sueño copero del MONTAKIT Fuenlabrada, que jugó uno de los peores partidos de la temporada en el momento menos oportuno, despidiéndose a las primeras de cambio del torneo del KO. Que su propio entrenador, Jota Cuspinera, fuese duda por un virus era un mal presagio. Que su mejor jugador, Marko Popovic, acabara el partido con 0 puntos y -6 de valoración, lo terminó de confirmar. El croata, como el resto de sus compañeros, sufrió de primera mano el vendaval que ha sido esta tarde el Real Madrid. Alertado por las sorprendentes derrotas de Barcelona y Valencia, el conjunto de Pablo Laso no quiso dar lugar a la que hubiese sido la segunda derrota ante el Fuenlabrada en un mes. Por eso no dio ninguna opción a su rival, al que venció por un claro 101-84.
El triunfo madridista se empezó a gestar en el primer cuarto, donde Gustavo Ayón hizo estragos entre los interiores fuenlabreños. Dos faltas para Chema González, otras dos para Sobin y una para Stevic era el balance de un MONTAKIT excesivamente castigado por las personales. Las mismas que sacaron por completo del encuentro a Marko Popovic, sobrado de voluntad pero hoy falto de esa chispa que tantas veces ha marcado la diferencia. Ayón, mientras tanto, se destapaba con 16 de valoración en un primer cuarto que, a pesar de todo, solo acabó con cuatro puntos de diferencia a favor del Madrid (25-21).
Ayón ya jugó muy bien el mes pasado en el Fernando Martín y el encuentro cayó de lado fuenlabreño. Sin embargo, ese consuelo desapareció rápidamente. Lo que tardaron en aparecer Nocioni y Taylor. El argentino aportó puntos y, como siempre, intensidad. El sueco, en entredicho durante toda la temporada, cuajó un magnífico segundo parcial mostrando un gran acierto de cara al aro. Ese que no tuvieron los de Cuspinera, que apenas anotaron 13 puntos en el segundo parcial, yéndose al descanso nada menos que veinte por debajo (54-34).
El partido se ponía muy cuesta arriba y Popovic seguía sin aparecer. Para colmo, nada más empezar el tercer cuarto, el croata vio la cuarta personal. Al banquillo. En su lugar, Paunic se convirtió en la gran referencia del equipo. Anotó 27 puntos cogió 7 rebotes y sumó 34 de valoración, siendo el único que cumplió de principio a fin. Tras el descanso le acompañó en la anotación Álex Urtasun (22 puntos y 22 de valoración), aunque el ímpetu de ambos solo permitió al equipo acercarse a 12 puntos mediado el último cuarto. Fue un espejismo. Tiempo muerto del Real Madrid y otra vez la diferencia que se iba hasta los 18 puntos (92-74), finiquitando por completo el partido con varios minutos intranscendentes aún por jugar. Los blancos no quisieron dar opciones a su rival y no las dieron, pagando el Fuenlabrada el hecho de que ayer se encendieran todas las alarmas en el Madrid tras las victorias de Bilbao y Gran Canaria.
El sueño fue breve, de apenas un cuarto de duración. Pero quizá lo importante para un club como el Fuenlabrada no sea el sueño en sí, sino todo el camino que se ha recorrido hasta llegar a él. Y más teniendo en cuenta de donde venía el club, no lo olviden. Siguiente sueño, los playoffs.
