España, campeona del mundo de básket en China

Los herederos también son de oro

Victoria 75-95 ante Argentina

Muy pocas personas confiaban en que este Mundial de Basket de China podía ser el de España. Los nombres no eran los más sugerentes. Los peces más gordos, los de la NBA y alrededores, no acudieron a la llamada de la selección. Ya sea por salud, por egoísmo o sacrificando sus deseos de estar para que fuera un compañero en mejores condiciones. Los rivales tampoco invitaban al optimismo, con Serbia y EEUU como grandes cocos (aunque muchos americanos se borraron). Pero hoy, 15 de septiembre de 2019, España ha reescrito su nombre en la historia.

La selección de Scariolo ha sufrido lo indecible en prácticamente todos los partidos excepto en la final. Es curioso, pero es como si el hecho de tener un camino lleno de obstáculos trajera como premio una final sin apenas dolor. Argentina, el otro finalista inesperado, un equipo milagro, no pudo hacer nada desde el primer minuto.

La defensa fue una clave importantísima para explicar por qué el partido no se fue nunca de las manos. Más de cuarenta rebotes; tres jugadores con +20 de valoración (Rudy, Marc y Ricky Rubio). Y Argentina, con Scola desaparecido tras hacer un Mundial tan milagroso como impresionante. Con Gabriel Deck y Laprovittola como única oposición al vendaval. Incapaces de defender a una España que tampoco tenía freno.

Y tras el partido, queda la historia. La de los hombres que se comieron las ventanas internacionales que sirvieron para llegar a este Mundial, todo secundarios que nos llevaron hasta aquí. La de Ricky Rubio, encumbrado ya como referente tanto en la NBA como en esta selección con la que ha sido MVP del torneo. La de Marc Gasol, que llegó festejando su campeonato de la NBA y se marcha festajando su campeonato mundial. Era difícil superar a Pau en algo, pero aquí esta: campeón de las dos mejores competiciones del mundo al mismo tiempo. Y la historia de Sergio Scariolo, un seleccionador que ha sabido hacer la transición de un equipo histórico para montar otro que pueda estar a su altura.

Queda una historia, la más grande. La que se agranda en los libros: la de España. La historia que arranca a finales de los 90 con la generación de oro ganando su primer título, que comienza a encadenar finales y medallas; que consigue su punto álgido en Saitama, en 2006, siendo campeones del Mundo por primera vez. Y hoy, en Pekín, la última página conocida de este bendito cuento: 13 años después, volvemos a ser campeones del Mundo.

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