La Liga BBVA no quiere terminarse hasta que no haya otro remedio. El Atlético tropezó de nuevo, el Madrid renunció definitivamente con la cabeza en Lisboa y el Barça fue, de nuevo, el gran beneficiado sin necesidad de hacer nada. Willy Caballero puede haber dado el título a los blaugranas con una parada portentosa en el último minuto. Los tres equipos, sin sus estrellas: Cristiano está entre algodones, Diego Costa igual y Messi sigue sin encontrarse.
12/05/2014 | Sergio Martínez | FnDesde hace tres partidos, la Liga se ha vuelto loca. Parece que sea hace mucho tiempo, pero sólo son dos semanas (en el caso del Real Madrid, una). Están sumidos los tres en una conexión inexplicable que hace que, si tropieza uno, los otros dos hagan lo mismo. Un pacto de perversidad destinado a destrozar los nervios de las aficiones y mantener la emoción en una de las ligas más emocionantes de los últimos tiempos.Pero ya sólo queda una jornada, y dos pretendientes al título. El Real Madrid se ha encargado de borrar toda esperanza en una semana infernal en la que ha jugado tres partidos y sólo ha conseguido sumar dos empates, ante el Valencia y el Valladolid, y una derrota en Balaídos. En los tres, ha demostrado que el físico ya no acompaña, y encima ha pagado el precio con un sin fin de problemas físicos preocupantes como los de Cristiano, Benzema, Di María y Pepe. La cabeza, además, está desde hace tiempo puesta en la final de la Champions. De haber ganado los tres partidos, ahora sería el líder y tendría la Liga en el bolsillo. Pero no ha estado pendiente de eso, y ya está matemáticamente fuera.
El Atlético de Madrid tampoco es que se haya lucido, y no por falta de ganas o de intentarlo. Tuvo mala suerte en Levante, donde encajó el primer gol en propia puerta y no fue capaz de marcar en la segunda parte pese al asedio al que sometió a la portería de Keylor Navas. Se marchó de Valencia con una derrota que benefició al Barça.
Esta semana, volvió a repetirse el susto. Con todo a favor en el Calderón para proclamarse campeones, no fueron capaces de ganar. Se adelantó el Málaga, y hasta que Alderweireld no marcó para empatar no comenzó realmente la ofensiva total contra la portería de Caballero. Pero Willy tiene ángel, y capacidad para fastidiar a cualquier rival. Lo hizo a lo grande con los colchoneros, con paradas prodigiosas, pero especialmente la última: un vuelo a la escuadra a un tiro perfecto de Adrián en el último minuto. Un jarro de agua fría que tuvo, de nuevo, un beneficiado claro.
Llegamos al F.C. Barcelona. Resulta increíble que un club que ha asumido por fin el fin del ciclo tras una temporada desastrosa, llegue con posibilidades más que reales de ganar el título a la última jornada. Y lo que es más sorprendente, sin que sea responsable de ello. Desde hace mucho, el Barça no es capaz de tomar las riendas y demostrar que pueden hacer algo importante. Falta físico, fata actitud, falta intensidad...falta de todo. Y sin embargo, pueden ganar la Liga. Dos empates ante rivales muy inferiores han bastado para dar vida a un equipo que no ha luchado por tenerla. No ha resucitado, le han reanimado el Madrid, el Atleti, el Villarreal y Willy Caballero. Todo se ha puesto de cara para que los culés ganen la competición de manera inexplicable.
Y para terminar una temporada de locos, nos espera el partido definitivo que enfrenta a Barça y Atleti en el Camp Nou. Un Barcelona protegido por fuerzas desconocidas frente a un equipo tocado por la varita del Cholo y de la fortuna. La mejor defensa contra la peor. El toque frente al contraataque. El alma y la ilusión contra el método invariable y la eterna esperanza de que Messi puede aparecer en cualquier momento. Y todo sin contar con más que posibles líos arbitrales, ya que arbitra Mateu Lahoz (cuerpo a tierra). Lo dicho, de locos.