El base puertoriqueño llega para jugar en el equipo los próximos tres meses, como sustituto temporal del lesionado Dani Pérez. Tiene experiencia en la liga, ya que entre 2011 y 2013 jugó en el Obradoiro. En la temporada 2012-2013 llegó a ser el máximo asistente de la competición. No será la última incorporación del equipo fuenlabreño.
El MONTAKIT Fuenlabrada ya ha encontrado sustituto a Dani Pérez. Se trata de Andrés Rodríguez, base puertoriqueño de 33 años y 1,84 de altura. Rodríguez es un viejo conocido de la Liga Endesa, pues en las temporadas 2011-2012 y 2012-2013 defendió los colores del Obradoiro en la máxima categoría de nuestro baloncesto. Antes había jugado con el Obradoiro en la Adecco Oro, logrando la Copa Príncipe y el ascenso a la Liga Endesa en la temporada 2010-2011.
Con el conjunto gallego demostró una gran capacidad para dirigir al equipo, siendo un jugador de ritmo pausado y con buena visión de juego. De hecho, llegó a ser el máximo asistente de la liga en la temporada 2012-2013 con un total de 179, con 5,8 por encuentro. Además, en su último año en España también sumó 5,5 y 9,9 de valoración.La pasada campaña jugó en los Cangrejeros de Santurce de su país natal, firmando 2,4 puntos y 3,1 asistencias por partido, aunque no contó con demasiados minutos. Estuvo en la preselección de Puerto Rico para ir al pasado mundial, pero el jugador llevaba varios meses arrastrando unas molestias en una de sus rodillas y no pudo entrar en la lista final.
Desde entonces que acabó la temporada en Puerto Rico estaba sin equipo. Ahora llega a Fuenlabrada con un contrato de tres meses para sustituir la baja por lesión de Dani Pérez. Se espera que el jugador llegue mañana a la ciudad y pase el reconocimiento médico. Si se encuentra en perfectas condiciones podría debutar el domingo frente al Barcelona.
Pero esta no será la única incorporación del MONTAKIT Fuenlabrada. Recordemos que el club hizo ayer oficial la rescisión del contrato de Papamakarios y ahora desde la dirección deportiva se busca en el mercado un jugador exterior que dé un salto de calidad al equipo.
