Opinión

Siempre será mi Rey (PARTE I)

Juan Carlos I, imagen de archivo | Agencia EFE
photo_camera Juan Carlos I, imagen de archivo | Agencia EFE

Permítanme, buenos lectores, desglosar esta columna en dos partes, una columna de reflexión y aprecio hacia Don Juan Carlos I, nuestro rey emérito.

Tenemos armado un notable lío con el emérito Don Juan Carlos I en relación con la última fase de su reinado, nada que cualquier proceso existencial no haya recorrido: del esplendor a la miseria, que algunos han inventado. Por eso, es injusto congelar el tiempo en un instante cuando hablamos de trayectorias.

Juan Carlos fue el que renunció en favor de los españoles y de la democracia todos los poderes que Franco le había transferido, y empeñó desde el primer momento del reinado sus esfuerzos a la reconciliación de todos los españoles.

Hubo momentos muy brillantes durante su ejercicio de la Jefatura del Estado representando a España en el exterior con notable éxito. España, lo decían entonces los propios socialistas, con Juan Carlos I de Rey, estaba de moda.

Sintetizando para los que ignoran lo que no han vivido y tampoco han llegado a aprenderlo: era respeto, ya que el mundo no ha empezado ahora y ocurrieron cosas muy buenas que permiten hoy que muchos gocen de una vida acomodada. 

Lo cierto es que los procesos políticos e históricos no están predeterminados, son las crisis las que algunos grupos sociales o políticos usan para impulsar cambios en el curso de la historia.

Los problemas personales de Juan Carlos I son vistos por algunos grupos políticos como hecho desencadenante para cambiar el régimen tratando de cuestionarlo por ciertos comportamientos inmorales que se atribuyen a quien encarnó la monarquía parlamentaria en un momento dado...

Como he indicado al principio, esta reflexión a modo de sentimiento, continuará próximamente....

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