El C.F. Fuenlabrada sigue sin encontrar la fórmula para vencer en el Fernando Torres. Ante el Zaragoza, además, siguió mostrando problemas para reencontrar el camino hacia su mejor versión, aquella en la que era muy difícil para cualquier equipo medirse al Fuenla. Tenían que dejarse el físico y la integridad física para sacar algo como visitantes. Ahora, cuesta mucho menos.
Y es que, entre los varios problemas que acusa el Fuenlabrada, sobresale uno por encima de todos: ya no hay contundencia. Era y es imprescindible para este equipo estar, como mínimo, al nivel de contundencia, tensión y agresividad que el rival. Que sepan que, si van a por el balón, va a haber un choque y van a sudar para llevárselo. La primera parte, como reconoció posteriormente José Luis Oltra, puede ser de las peores en casi todos los sentidos desde que llegó el valenciano.
Seamos justos, el Zaragoza mereció irse con el partido casi sentenciado al descanso (y sin casi). En veinte minutos, habían generado tantas ocasiones como para ponerse 0-2 o 0-3. Superioridad en todas las jugdas, muchas llegadas por bandas, disparos lejanos casi sin oposición, remates muy francos...Contundencia aparte, había tres Fuenlabradas: la línea de ataque, la línea de defensa, y Konate, Cristóbal y los carrileros en un oasis en medio, a muchos metros de distancia entre ambas líneas. Imposible sacar algo positivo de ahí.
Y, sin embargo, en la primera que tuvo el Fuenla consiguió marcar. Un córner al primer palo que cabecea Zozulya y termina metiendo Anderson casi por accidente, pero termina dentro. Y al poco, anulan un gol a Dieguez (también de cabeza) por falta de Pulido. De manera insospechada, al descanso ganaban los fuenlabreños con un partido muy malo y el Zaragoza pagaba el precio de perdonar una y otra vez.
Ya tras el primer gol mejoró el Fuenla, juntando y adelantando líneas, y siguió esa línea en la segunda mitad. Cambió Oltra en el descanso a Anderson para meter a Juanma, intentando tener más seguridad en un partido en el que se necesitaba. En líneas generales, el Fuenlabrada estuvo mejor pero no brilló. Sobre todo, desde que se quedó con uno más tras la segunda amarilla a Fran Gámez por una falta sobre Konaté. El centrocampista, debutando como titular, estuvo al nivel de sus compañeros y cuajó una buena actuación.
Contra diez, se esperaba que los azulones pudieran rematar el partido, pero salieron rematados ellos. Rematados por el penalti que pitó Gorostegui Fernández, una mano de Pulido que sí era penalti en otras temporadas, pero no en esta tras la actualización del reglamento. El que no aplicaron ni él ni el VAR, que terminaron confirmando un penalti que supuso el empate a uno en el marcador.
Y desde ahí, el Fuenlabrada no supo imponerse. El Zaragoza, pese a la inferioridad numérica, seguía siendo capaz de generar peligro y permitirse dejar gente rápida descolgada para pillar en velocidad a una defensa adelantada. Pudieron llevarse el partido, de hecho, de no ser por la intervención de Altube. Para ser justos, también pudo hacerlo el Fuenla con un disparo que desvió Cristian Álvarez o el de Zozulya que el arquero ataja con la cara.
Pero todo se quedó en una posibilidad, ya que nadie transformó. Todos conocemos que hay otro Fuenla, el que nos conquistó en dos temporadas en las que muy pocas veces pudimos decir que fue claramente inferior a alguien. Hoy, la sensación es que queda mucho camino para volver a ese punto, pero se puede. El primer paso será no repetir la primera mitad, porque pocos perdonarán tanto como el Zaragoza.
ONCE DEL C.F. FUENLABRADA: Altube; Iribas (Iban Salvador), Pulido, Dieguez, Pol Valentín; Cristóbal (Aldair), Konate, Pedro León, Anderson (Juanma); Kante (Cheick), Zozulya (Soldano)
ONCE DEL REAL ZARAGOZA: Cristian Álvarez, Fran Gámez, Francés, Jair, Chavarría (Nieto); Zapater (Vada), Eguaras, Francho Serrano (Lluís López), Narváez; Nano (Borja Sainz), Álvaro (Iván Azón)
GOLES: 1-0 Anderson, min.24; 1-1 Vada p., min.72
