Los radicales le quitaron el foco a un Atleti que vivió su victoria más triste

El Atlético de Madrid venció 2-0 al Deportivo en el Calderón, con goles de Saúl y Arda, pero a nadie le importaba el partido. Tres horas antes, una pelea entre el Frente Atlético y los Riazor Blues se había saldado con numerosos heridos y un ultra del Deportivo en estado crítico,  que falleció sobre las tres de la tarde. El estadio se volvió contra el Frente.

30/11/2014 | Sergio Martínez | Fn

Ganó el Atlético de Madrid, pero perdió todo el fútbol español. Lo que debió ser otra mañana de fiesta en el Vicente Calderón se convirtió en el lúgubre recordatorio de que hay mucho camino que andar en la lucha contra los violentos en el fútbol español. Mucho antes de comenzar el partido, los que aprovechan la cobertura del fútbol para desatar sus odios más profundos ya habían disputado su guerra.

A las nueve de la mañana, ultras del Frente Atlético y los Riazor Blues se encontraron a la orilla del Manzanares para demostrar que la evolución de las especies no es uniforme y lleva su tiempo. Se habla también de la presencia de los Bukaneros del Rayo y los radicales del Alcorcón. Armados con sillas, palos, hierros y armas blancas se enfrentaron entre sí, y el resultado es el que todos conocemos. Más de una decena de heridos, una veintena de detenidos y un herido crítico que ha fallecido al mediodía tras recibir una paliza y terminar flotando en el río.

Es la crónica negra que lamentablemente tenemos que contar, por encima de un partido que nunca importó demasiado ni a los aficionados decentes que se dieron cita en el estadio. En la mente de todos estaba lo sucedido a sólo unos metros de allí, mientras que tenían que ver en el fondo sur cómo el mismo Frente que le ha costado la vida a un hombre animaba a su equipo. Muchos están hartos de ellos, y así lo han hecho saber: cada vez que hablaban los radicales, la pitada les trataba de silenciar.

No hubo cánticos esta vez, ni grandes celebraciones. El ambiente era gélido en un Calderón que suele liberar la energía de un reactor nuclear. Pero esta vez se la habían robado. El Atleti respondió en el terreno de juego, e intentó hacer lo de siempre. Consiguió marcar a balón parado, en una falta que Mandzukic prolongó hacia la cabeza de Saúl Ñíguez. Esa y otras cuantas fueron las ocasiones en la primera parte, mientras que el Deportivo estaba prácticamente indolente.

La segunda parte fue más de lo mismo, con un dominio total de los rojiblancos sin que los coruñeses salieran de su campo, salvo contadas ocasiones. Llegó el segundo tanto para cerrar el partido, obra de Arda Turan tras tocar en Sidnei. Los goles fueron la única mínima alegría que se pudo ver en el Vicente Calderón.

Otra vez han vuelto a ganar los miserables. El deporte pasa al segundo plano y sus barbaridades al primero, sin que los clubes se atrevan a seguir el camino marcado por Joan Laporta y Florentino Pérez. Otro día negro, que no será el último mientras no se acabe con ellos dentro y fuera de los campos. El único lugar donde deben esconderse los criminales es una prisión.

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