Los hecho vuelven a demostrar que no todo el mundo debería tener permitido acceder a las redes sociales. Iban Salvador, jugador del C.F. Fuenlabrada, ha sufrido en sus carnes la furia injustificable del futbolero medio tuitero, aquel que usa Twitter como váter en el que vomitar públicamente sus amarguras privadas.
El 6 del Fuenla tuvo un partido de extremos. En el positivo, consiguió realizar un trabajo intenso tanto en defensa como en ataque, creando peligro y consiguiendo faltas para su equipo (por algo es la persona a la que más faltas hacen en el fútbol profesional español). En el negativo, despertó la ira de muchos aficionados almerienses al exagerar la falta que costó la segunda amarilla a Umar Sadiq. Y, por encima de todo, se lesionó la parte posterior del muslo de la pierna izquierda en un disparo al impactar en un rival y salió en camilla del campo, con la sensación de que puede ser una lesión importante.
Si vamos a Twitter, también conocido como el vertedero donde se arrojan los sentimientos mal gestionados, podemos encontrar todo un despliegue de insultos y declaraciones de mal gusto. En la cuenta del Almería, en la del Fuenlabrada (colonizada por "aficionados" rivales), en la de Iban Salvador...en todas se acumularon los mensajes de odio y, para mayor bajeza moral, de alegría por la lesión del futbolista. Incluso algún periodista almeriense lo celebraba, sin ningún tipo de reparo.
Pero lo más grave lo hizo público Iban Salvador en Twitter, cuando enseñó la captura de pantalla que acompaña este texto. En un mensaje privado, como si eso fuera garantía de que nadie se va a enterar, alguien denominado "fans UDA" extendió sus amenazas e insultos no sólo al jugador, también a su familia. Observando las respuestas al tuit, sobresalen las palabras "no es justificable, pero...". Diciendo que no es justificable, pasan a justificarlo. Como si hubiera un detonante que justifique y apruebe la ausencia de cualquier mínimo respeto y educación.
Tras el tuit de Salvador, tanto su club como sus compañeros han salido públicamente a apoyarle y a condenar los insultos y las amenazas. Desde el presidente y el director deportivo hasta jugadores como Sekou o Feuillassier, pasando por miembros internos del club. Ahora, tras este mal episodio, la atención girará en torno a qué tipo de lesión tiene y cuánto tiempo tardará en volver a los terrenos de juego.
