Alegría para los aficionados del C.F. Fuenlabrada. Primero fue Cristóbal, y ahora es Mikel Iribas el que sigue sus pasos. El lateral derecho, una de las voces más autorizadas del vestuario y de los más respetados, extiende su contrato con el Fuenla por dos años. Quedan muchas carreras que lanzar y muchos centros por poner en el Torres para Iribas.
El donostiarra, a sus 33 años, llegaría así a las siete temporadas en el club fuenlabreño, algo a la altura de muy pocos. Desde el 2016 hasta 2023, y esta vez no es opcional. En 2019 ya renovó por una temporada, pero la segunda (la 2020-2021) era opcional. Ahora la confianza es plena por todas las partes, y el reto es complicado pero alcanzable: disputar 200 partidos con la camiseta azul. No lo tiene tan lejos, lleva cerca de 150, pero nunca se sabe cuándo va a llegar un compañero que te quite el puesto o una lesión inoportuna.
Iribas, desde luego, no va a escatimar esfuerzos en conseguir ese logro y meterse un poquito más en la historia fuenlabreña. Miles y miles de minutos en sus piernas, dos mil cuatrocientos en la temporada que acaba de concluir (sexto que más ha jugado). Incontables carreras por la derecha, casi tantas como centros al corazón del área tanto en jugada como a balón parado. Infinitamente más que tarjetas amarillas, y muchos más que lesiones de las que te dejan fuera demasiado tiempo.
Renovó Cristóbal Márquez, renueva también Mikel Iribas, y Miguel Melgar ya contó hace dos semanas que con Juanma Marrero sólo faltaba la firma. Pasos importantes para mantener a la guardia pretoriana, a los supervivientes del ascenso de los que cada vez quedan menos en la plantilla. Desafortunadamente, Glauder ha decidido cambiar de aires y es el único que no seguirá en un Fuenla que tendrá que trabajar para encontrar un sustituto a la altura.
