"Quedan trece finales, y la primera es ésta". Lo tiene claro Sergio Pellicer y lo tiene claro todo el mundo: el Fuenlabrada afronta otro partido muy decisivo para definir si puede pelear para mantenerse una cuarta temporada en Segunda División. En el escenario más optimista, puede terminar la jornada a cuatro puntos de la salvación. En el más pesimista, a diez. En ambos, todo pasa por el resultado que consiga este sábado en el Fernando Torres.
El equipo tendrá, una vez más, el apoyo de una afición que necesita motivos para creer, más allá de la fe. Una victoria en diez partidos (con el fiasco del Alcorcón como momento destacado) no da argumentos para el optimismo, pero sí un juego ofensivo que da más llegada y ocasiones. Pellicer, en la previa, incidió mucho en ser un equipo, más que un conjunto de individuos, y quedan oportunidades para lograrlo. Pero el margen es cada vez más estrecho...
El Burgos está en una situación muy distinta, y es un espejo en el que el Fuenlabrada quiere mirarse. Los de Julián Calero están tranquilos en mitad de la tabla, doce puntos por encima del descenso y a cinco del playoff, gracias a la solidez como locales. Ocho victorias en catorce partidos, tres derrotas. El Fuenla, tres triunfos y nueve empates. El problema para los burgaleses viene cuando son visitantes, pues han perdido diez de los quince encuentros lejos de El Toralín. Solo tienen la baja de Raúl Navarro.
Para el Fuenla, este partido parece más tranquilo en esa cuestión. Juanma, Jano (intervenido de nuevo esta semana) e Iban Salvador siguen estando fuera, y también Álvaro Bravo. Si hay más ausencias, el técnico ya confirmó que serían por decisión técnica.
