El Fuenla pierde otro tren hacia la permanencia

Nuevo tropiezo tras perder 1-2 en casa ante el Burgos con más angustia e impotencia que fútbol

Era una final, otra más, y se ha perdido. Era otro partido en casa que no se podía perder, pues la pelea por la permanencia pasa forzosamente por ser fuerte en el Torres. Se ha perdido, como ante el Alcorcón (no se perdió, pero la sensación fue de derrota). Era importante para dar una alegría, al fin, a una afición que cada vez tiene menos argumentos para creer que es posible salvarse. Pero se ha perdido. 

El Fuenlabrada no encuentra el rumbo hacia la regularidad. La positiva, durante el partido. La de ser regular noventa minutos, sin grandes errores. La negativa la tiene hace mucho tiempo. Esta vez, Pellicer quiso hacer cambios en el once buscando algún tipo de reacción que nunca terminó de llegar. Si ante Valladolid, Eibar, Alcorcón y Almería (primera parte) vimos a una buena versión azulona, ante el Burgos no apareció ese equipo en ningún momento. Balones largos, porque los cortos suponían todo un riesgo. Encomendados a una cabalgada de Pol Valentín, Ontiveros o Pedro León, o quizá un detalle de Bouldini.

La presión de saber que te la estás jugando de verdad quizá pesó demasiado. La posibilidad de quedar a diez puntos de la salvación es real, y este equipo no está logrando mantener su juego ni arreglar sus despistes que tan caro le cuestan. Estaba tranquilo, incluso cómodo, cuando Iribas y Tachi se estorbaron al ir a recibir un balón. Esperaron, mientras que Mumo fue a por la pelota. Retratito para los dos y pase para un Ernesto solo que remató y logró un córner. En ese saque de esquina, un cabeceador completamente solo dio el pase a Grego Sierra que, de espaldas y con varios defensas cerca, consiguió rematar para hacer el 1-0 en el minuto 45. Tres fallos gordos, un gol y medio. La lección de que los errores se pagan está más que aprendida, pero no se pone en práctica. 

Bouldini, quien si no, puso la esperanza nada más volver de los vestuarios con un cabezazo con suspense a la red, tras centro de Ontiveros. Sólo eso necesitó una grada ávida de motivos para creer para despertar y animar a su equipo, algo que los aficionados del Burgos hicieron con insistencia durante todo el encuentro. Parecía que se podía remontar...pero fue un espejismo de cuatro minutos. Los que tardó en llegar el penalti de Sotillos, que terminó transformando Guillermo. Jarro de agua helada y otra vez vuelta al ambiente frío y tenso que reinaba antes del 1-2. Pellicer sacó todo lo que podía en ataque, con Kante en el descanso y Zozulya más tarde, y el primero tuvo su oportunidad de marcar en la que tardó demasiado en decidir y se fue al limbo. 

Más allá de los fallos evidentes (y puntuales, pero mortales), no sufrió demasiado el Fuenla en la segunda mitad. Con la entrada de Gozzi, lateral izquierdo natural, en el lugar de Iribas, esa banda dejó de ser un problema. El Burgos, conseguido el 1-2, ni tenía prisa ni pasó excesivos apuros para mantener el resultado. Arreones individuales de Ontiveros, alguna oportunidad por alto a balón parado...pero todo muy débil. Como la esperanza de que el Fuenlabrada pueda mantenerse, sostenida más por los posibles fallos de los rivales directos que por los aciertos azulones. Sin victorias, no hay fe. Sin victorias, no hay permanencia. Quedan doce intentos. 

ONCE DEL C.F. FUENLABRADA: Altube; Pol Valentín, Sotillos (Zozulya), Tachi (Pulido), Iribas (Gozzi); Agu (Konaté), Adrián (Kante), Pedro León, Ontiveros; Cristóbal, Bouldini

ONCE DEL BURGOS C.F.: Herrero (Caro); Álvaro, Córdoba, Gregorio Sierra, Elgezabal, Fran García; Andy (Miguel Rubio), Mumo (Juanma), Valcarce (Undabarrena), Ernesto; Guillermo (Álex Alegría)

GOLES: 0-1 Gregorio Sierra, min.44; 1-1 Bouldini, min.47; 1-2 Guillermo p., min.51

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