El C.F. Fuenlabrada empieza a ver la luz al final del túnel. Tras más de una semana encerrados, los test no están arrojando nuevos positivos desde el pasado sábado. Mañana se cumplirán diez días de encierro en el hotel Finisterre, y con esta tendencia se han lanzado a pedirle a La Liga y a la RFEF que, si los test siguen tal cual, el equipo puede jugar su partido ante el Deportivo desde este mismo domingo.
Sería en una condición física muy mermada, con las consecuencias psicológicas derivadas de toda la situación y con muchas bajas que todavía no tenemos claras, pero el Fuenlabrada quiere jugar su partido. Ya lo dijeron los jugadores en su comunicado, y Chico Flores y Juanma Marrero en sus declaraciones de ayer: quieren que no les quiten lo que se han ganado en el campo. Que, vayan o no al playoff, sea por lo que haya pasado sobre el terreno de juego. Y puede darse ese escenario.
Todo depende de tres factores: los test, La Liga y la RFEF y el Deportivo de la Coruña. Si los test siguen dando los mismos resultados, las instituciones tendrán que tomar una decisión. Si se decantan por jugar lo más pronto posible para evitar que haya más retraso en el calendario, el Deportivo tendrá que decidir si comparece o, como ya manifestó su presidente, no se presentan al partido.
Y la última circunstancia no es inesperada, pero puede complicar el panorama: que haya positivos en otros equipos que impidan jugar el playoff de ascenso. Hoy hemos conocido que el Almería tiene un positivo en sus filas, y habrá que conocer la evolución de la situación. Si todo va bien con el Fuenla pero comienza a empeorar en otros equipos, no se arreglará nada.
Pero el Fuenlabrada ha hecho su parte: estar atento a su evolución, seguir cumpliendo con las condiciones que les imponen y no renunciar a su derecho de jugar una vez que la situación parece estabilizarse. La pelota está en el tejado de La Liga y la RFEF...y del COVID-19.
