Parecía el partido propicio para volver a la senda del triunfo. Tras la derrota ante el Espanyol, recibir a un Zaragoza ahogado por la necesidad y con datos muy malos como visitante parecía el antídoto perfecto para recobrar sensaciones y confianza. Todo se quedó en un "parecía que sí" que terminó siendo un no rotundo.
Salió el Fuenla con todos los que estuvieron presentes en los grandes triunfos de Leganés y Mallorca (todos los que podían estar). El arranque fue bueno, con treinta minutos en los que lo extraño fue que el Fuenlabrada no se adelantara en el marcador. Era el equipo que queríamos ver pero, tras cuatro o cinco ocasiones, el equipo se contagió de la apatía del Zaragoza. No hizo casi nada, pero le sacó la mayor rentabilidad.
El factor diferencial fue el penalti. El que cometió Jair sobre Sotillos a los diecinueve minutos, transformado bien por Iban Salvador y detenido aún mejor por Cristian Álvarez. Un latigazo bien pegado al palo izquierdo, respondido con una estirada tremenda al lado correcto por parte del portero. La mejor oportunidad se iba al limbo, como otras cuantas en la temporada.
A la media hora el Fuenla empezó a diluirse entre dudas y posesiones que no duraban más de cinco segundos. Jugó, en definitiva, a lo mismo que estaba haciendo su rival. Perdió ese punto de superioridad y el partido entró en sesenta minutos de poco juego y entretenimiento. Las faltas colgadas por Zapater y algún balón en el área del Zaragoza fueron las únicas formas de crear peligro.
Iván Azón llevaba segundos en el campo cuando ya rentabilizó su salida. Se metió en el área, vio que Pulido levantaba demasiado la pierna y buscó el penalti que, a cinco minutos de final y en este partido, podía darles los tres puntos. Ais Reig se lo compró, dos veces de hecho, más seguro de su acierto de lo que estaba el VAR y el espectador que lo viera en la tele. Tejero, el lateral izquierdo, no perdonó a un Fuenla que había perdonado mucho en la primera mitad.
La diferencia entre ganar y perder la marca tu capacidad de perdonar. Lo normal hubiera sido adelantarse en el marcador y jugar con la necesidad del Zaragoza, pero ni de penalti pudieron los azulones. En una de las poquísimas veces que el rival hizo algo, sacó el mayor premio de todos: tres puntos, balón de oxígeno y a casa. El Fuenla, que podía haber casi sentenciado su permanencia, tendrá que esperar a las próximas jornadas.
ONCE DEL C.F. FUENLABRADA: Belman; Sotillos, Pulido, Juanma, Glauder; Ciss, Jano (Mula), Espinosa (Aldair), Iban Salvador (Pol Valentín); Borja Garcés (Kante), Cristóbal (Dieguez)
ONCE DEL REAL ZARAGOZA: Cristian Álvarez; Tejero, Peybernes, Jair Amador, Nieto; Zapater, Eguaras (Francho), Bermejo (Sanabria), Adrián (Iván Azón); Gabriel Fernández (Álex Alegría), Narváez (Francés)
GOLES: 0-1 Tejero p., min.85
