No sé si el Fuenla se va a terminar salvando esta temporada, pero si se salva, será la mayor gesta en la historia del club. Con su habitual limitación presupuestaria, el equipo sabe que el éxito de cualquier campaña –la permanencia en la ACB- siempre pasará por un derroche de carácter y esfuerzo que compense, en parte, la desigualdad con plantillas mejor remuneradas. El binomio, ‘carácter y esfuerzo’, no garantiza la salvación (que sin jugar un buen baloncesto, sin defender bien, sin una disciplina táctica, no se gana a nadie), pero sin eso, sin ‘dejarse el alma’, el descenso es una fija.
En Burgos, el Montakit reflejó ambas caras. En la primera mitad se vio sobrepasado por un rival que, desde el perímetro, lo destrozó (55-35). Incluso, promediando el tercer cuarto, llegó a los 21 puntos de ventaja. Desde ahí, cuando la desazón parecía que iba terminar desmoronando al equipo (el Betis ya había ganado en a previa), los de Paco García, siempre jaleados por 200 hinchas (esos nunca pierden, y nunca descenderán, porque nunca fallan) comenzó a nadar contracorriente. Y nadó, y nadó, y ajustó la defensa, y supo aprovechar el exceso de confianza local, y comenzó a ver aro, y eso, que es un ‘todo’ que sucede en simultáneo, que no puede explicarse en dos palabras, hizo que, además de meterse en el partido, casi lo pudiera ganar. Pero terminó ahogándose en la orilla. Mejor dicho, en ‘la espuma’ de la orilla, porque no pudo cerrarlo. Cruel final para otra derrota que se acumula en la mochila de un equipo que no va a tirar la toalla.
Entre los números, en rebotes, diez más para el Fuenla (31-41), y 14/38 en triples para un Burgos que contó con un trío de excepción. Vitor Benite (20 puntos+4), Earl Clark (20+6) y Augusto Lima (14+7). Por parte visitante, Gillet, 15+7 y 26 de valoración.
Tras la canasta inicial de Tomás Bellas, los locales lanzaron su primer golpe: parcial de 7-0 (7-2). Un triple de Karvel Anderson rompía la racha burgalesa, equiparándose el trámite de juego (10-7), pero entonces, los de Joan Peñarroya repetían el 7-0, con Augusto Lima dominando por dentro, forzando el primer tiempo muerto de Paco García (17-7). De poco sirvió la interrupción: nuevo triple de Earl Clark, quien por entonces sumaba 11 puntos (tres de tres en triples) en menos de siete minutos, y el San Pablo que se escapaba 15 arriba (22-7). La puesta en escena del Fuenla, en un duelo clave para salir del pozo, no era la adecuada. Marc García -quien cumplía 24 años- saltaba desde el banquillo y, con cinco puntos, daba un poco de aire a los suyos, pero el tiro exterior hacía añicos la defensa visitante: Thad McFadden y Alex Barrera, sobre la bocina del cuarto (28-16).
Un triple de Nico Richotti, jugando como base para darle descanso a Tomás Bellas, abría el segundo período (28-19). Pero fue espejismo, pero tres nuevos aciertos perimetrales del cuadro burgalés barrían a su rival: 19 puntos de ventaja (40-21, min. 12). Hasta entonces, 9/14 en triples (64%), con seis jugadores diferentes del Miraflores anotando desde el 6.75. Marc García sumaría cuatro puntos seguidos (48-33), pero un nuevo arreón local colocaba la máxima renta al descanso, +20 (55-35).
En el entretiempo, el anhelo generalizado de la afición fuenlabreña era la de que el equipo luchara hasta el final, que defendiera la camiseta con honor. Cinco puntos de Anderson achicaban aguas (57-42), pero el Burgos no quería sobresaltos, y Vitor Benite, también con cinco puntos propios, cortaban cualquier intento de reacción (63-42, +21, min. 25). Sin embargo, la defensa visitante era otra cosa, y con un par de 2+1, de Bobrov y Marc García, ponían un 0-6 que reflejaba eso, que por más que el partido estuviera perdido, había que apretar hasta el final (63-48). Al final del tercer cuarto se llegaba un con 66-52, marcador que evidenciaba el bajón anotador de los locales (55 puntos al descanso y apenas 11 en el tercer acto).
Y lo mejor del conjunto de Paco García aparecería en el cuarto decisivo, echando el resto y con gran acierto en ataque. Una bandeja de Marc García bajaba de la barrera psicológica de los diez puntos (68-59). Entre Benite y Clark parecían traer paz al Coliseum burgalés, 5-0 de parcial (73-59), pero el vendaval fuenlabreño –jaleado por sus 200 irreductibles desde la grada- ya se había desatado. Triples de Richotti y de Gillet, y Brown y Mockevicius anotando de dos. Así, un triple de Pierre-Antoine Gillet colocaba a tan solo dos puntitos al Fuenla con 4’:21’’ por jugarse (77-75). De esta manera, en once minutos, el Montakit pasaba de -21 a -2, con un parcial acumulado de 14-33. Y Mockevicius, de fenomenal segunda parte, asistido por Gillet, igualaba la contienda a falta de 1’:08’’ (83-83). Instantes después, el que empataba era Tomás Bellas (85-85), pero M McFadden metía dos libres (87-85). Quedaban 13 segundos, y el Montakit tenía la posesión para la prórroga o para ganarlo. Falta contra Tomás, quien desde el 4.60… marró el primero… y el segundo, para el rebote, pero Mockevicius y falta en ataque de Bellas… Benita si anotó los tiro libres, y final (89-85). Cruel final.
El próximo partido del Montakit será el domingo al mediodía en el Fernando Martín, recibiendo al Real Madrid.
- Ficha técnica
San Pablo Burgos 89 (28+27+11+23): Ferran Bassas (0), Vitor Benite (20), Miguel Salvó (2), Earl Clark (20) y Augusto Lima (14) -quinteto inicial-. También jugaron: Bruno Fitipaldo (6), Alex Barrera (8), Thad McFadden (12), Dragan Apic (1) y Jassiel Rivero (5). Sin jugar: Javi Vega y Kareem Queeley. Entrenador: Joan Peñarroya.
Montakit Fuenlabrada 85 (16+19+17+33): Tomás Bellas (7), Karvel Anderson (8), Christian Eyenga (0), Pierre-Antoine Gillet (15) y Egidijus Mockevicius (10) -quinteto inicial-. También jugaron: Nico Richotti (8), Marc García (14), Anthony Brown (9), Osas Ehigiator (4), Viacheslav Bobrov (8) y Álex Urtasun (2). Entrenador: Paco García. Baja por lesión: Jerome Randle.
Árbitros: Fernando Calatrava, Javier Torres y Roberto Lucas. Eliminados por faltas personales: Tomás Bellas (40’).
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 23 de la Liga ACB. Pabellón Coliseum Burgos (9.498 espectadores, incluyendo alrededor de 200 aficionados fuenlabreños).
Paco García (rueda de prensa): “Pedirle disculpas a la gente que vino de Fuenlabrada por esa mierda de primera parte que hemos hecho, que es faltarle el respeto a nuestro público, y a nosotros mismos. En la segunda parte al menos hemos tenido orgullo. Necesitamos fortaleza mental".
