El Fuenlabrada destituye a Carlos Martínez

El club ha anunciado la destitución de su entrenador, Carlos Martínez, tras la derrota en San Sebastián. La crisis de resultados y juego, y el acercamiento al descenso a pocas jornadas del final, han llevado a tomar la decisión. 

IMAGEN: CF Fuenlabrada
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La etapa de Carlos Martínez como entrenador del Fuenlabrada ha llegado a su fin. El club ha comunicado la salida del técnico dos días después de la dura derrota ante la Real Sociedad B. Con él se marchan también el segundo entrenador, Iván Sánchez, y el preparador físico, Raúl Muñoz. 

La trayectoria de Carlos Martínez en el Fuenla ha estado marcada por los altibajos desde el comienzo. El arranque fue duro, con tres derrotas y dos empates, pero la milagrosa remontada ante el Deportivo de la Coruña en casa marcó el comienzo de un renacer que llevó al equipo a sumar nueve partidos sin conocer la derrota. Del desánimo a mirar de cerca los puestos de playoff, con un juego aceptable y una intensidad y lucidez que, quizá, llevó a sobrevalorar las capacidades de esta plantilla. 

Esa racha se truncó con la derrota ante el Tarazona, a principios de diciembre. A partir de entonces, otros ocho partidos sin ganar, hasta que se venció al Sestao en un duelo que, ya entonces, pudo marcar el fin de la era de Carlos Martínez. Ese encuentro, del 11 de febrero, se ganó 3-1.

Después, solo se han ganado dos partidos más de diez posibles. El equipo pasó de tener la permanencia casi asegurada, con diez puntos de distancia, a estar a día de hoy un punto por encima. La capacidad goleadora, que en ningún momento ha sido el fuerte azulón, se resintió todavía más: seis goles en diez partidos. En seis de ellos, no ha visto puerta. 

Los números son muy negativos y han ido involucionando, y con ellos ha caído también el juego y el ánimo del equipo. De la determinación, solidez e ideas claras (acompañadas de aciertos desde el banquillo) se pasó a la inseguridad y a la incertidumbre tras verse por detrás en el mercador, algo que empezó a ocurrir con mucha frecuencia.

A la vez que se agotaron las ideas sobre el césped, también lo hicieron fuera de él, ya sea por las entradas y salidas de la enfermería o por una falta de recursos tanto futbolísticos como de capacidad para recuperar al vestuario. Un vestuario que dio más, mucho más, de lo que ahora muestra. 

Desgraciadamente, ese rendimiento no se mantuvo en el tiempo. Dos meses muy buenos no han podido compensar siete u ocho en los que el rendimiento ha sido dolorosamente inferior.

Ahora, la situación es la siguiente: quedan cinco jornadas para evitar el descenso, que está a un punto de distancia. Psicológicamente, parece estar mucho más cerca. El entrenador que llegue tendrá que recuperar, en muy poco tiempo, a un equipo que está vacío de ideas y de seguridad. 

 

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