El Consistorio sospecha que los encargados de destrozar el mobiliario forman parte de un grupo que repite siempre su modus operandi: una rápida actuación delictiva, de madrugada y en lugares con una presencia vecinal muy limitada para evitar que sean reconocidos.
"Mi más enérgica condena ante estos hechos. Los autores de estas acciones propias de gente incívica deben saber que, antes o después, vamos a dar con ellos y pagarán por todos los destrozos causados. Además, cada vez que incendian un contenedor, se moviliza una dotación de bomberos para sofocar el fuego, con el consiguiente coste económico que eso genera", ha afirmado el alcalde de Arroyomolinos, Luis Quiroga.
En sólo nueve semanas, entre el 14 de diciembre y el 22 de febrero, se han contabilizado 12 marquesinas completamente estalladas, con noches, como las del 5 y 12 de febrero, en las que incluso el cristal de tres paradas de autobús ha amanecido reventado.
Siempre que se detecta el destrozo de una de ellas, los servicios de limpieza retiran a la mayor brevedad el vidrio hecho añicos que se desparrama sobre la acera a fin de evitar lesiones o accidentes entre las personas o animales que transiten por el lugar y entre los viajeros del transporte público que aguardan el paso del autobús.
Con el fin de que las marquesinas destrozadas se sustituyan, la Concejalía de Transportes de Arroyomolinos siempre contacta con el Consorcio Regional de Transportes para que la reposición se ejecute cuanto antes.
"No voy a permitir que los vándalos destruyan el mobiliario urbano ni que traten de ensuciar con sus actos la buena imagen de Arroyomolinos. Somos un municipio formado por vecinos cívicos y respetuosos que no merecen que unos pocos estropeen lo que es de todos", ha añadido Quiroga.
