La NASA ha impulsado un avance significativo en el ámbito de los viajes interestelares con el reciente despliegue de una vela solar gigante a aproximadamente 1.000 kms sobre la Tierra. Este innovador vehículo, que abarca un área de 80 m2, equivalente a seis plazas de garaje, fue lanzado al espacio hace cuatro meses.
Tras un proceso meticuloso, la vela solar finalmente ha sido desplegada, y se anticipa que en breve se revelen las primeras imágenes de este asombroso proyecto, que podría ser visible desde la Tierra, brillando con la intensidad de la estrella más radiante en el cielo nocturno. Este logro marca un hito en la exploración espacial y abre una nueva era de posibilidades para la humanidad.
Según detalla el medio británico Independent, el sistema de propulsión de la nave se basa en el principio de las velas solares, que utilizan la presión generada por los fotones del Sol para moverse por el espacio, prescindiendo de los propulsores tradicionales y de su peso asociado.
Este método, análogo al impulso que recibe un velero de la fuerza del viento, permite que la nave viaje de manera indefinida sin requerir reabastecimiento de combustible. Aunque el concepto de las velas solares fue teorizado en el siglo XVII, solo ahora, gracias a los avances en la ciencia de materiales y diseño, se ha logrado hacer realidad de manera efectiva.
A pesar de las ventajas que presentan las velas solares, su tamaño y estructura conllevan desafíos considerables. Estas velas son susceptibles a daños provocados por el polvo cósmico y otros escombros en el espacio, señala el medio.
Para mitigar estos riesgos, la NASA ha desarrollado mástiles ligeros y estables que pueden plegarse de manera compacta. Fabricados con materiales compuestos avanzados, estos mástiles permiten a la vela mantener su integridad y eficiencia, incluso en las severas condiciones del entorno espacial.
El potencial de las velas solares se extiende más allá de la órbita terrestre. Científicos de la NASA prevén que en el futuro estas velas podrían aumentar su tamaño hasta 2.000 m2, facilitando misiones hacia la Luna o Marte. Al aprovechar la luz solar, que es una fuente inagotable de energía, las velas solares podrían revolucionar la forma en que emprendemos la exploración espacial.
Esto significaría prescindir de la necesidad de lanzar grandes cantidades de combustible, lo que a su vez reduciría significativamente los costos de las misiones a largo plazo.
