El multimillonario Jared Isaacman se convierte en el primer civil en viajar por el espacio

Jared Isaacman es dueño de una de las empresas más potentes de Estados Unidos | Imagen: John Kraus (Polaris Program)
photo_camera Jared Isaacman es dueño de una de las empresas más potentes de Estados Unidos | Imagen: John Kraus (Polaris Program)

Tras un par de retrasos por una pequeña fuga de helio y malas previsiones climatológicas, el lanzamiento de la misión Polaris Dawn de SpaceX fue todo un éxito. El cohete Falcon 9 y la cápsula Crew Dragon con cuatro astronautas civiles a bordo despegaron ayer a las 11.23, hora peninsular de España, mientras los técnicos de la compañía de Elon Musk celebraban lo conseguido en el control de misión.

Mientras, en la nave y ya con gravedad cero, la sonrisa de Jared Isaacman, multimillonario y comandante de la misión era cada vez más amplia. Había vuelto a conseguir el más difícil todavía. Este emprendedor de 41 años, con una fortuna acumulada superior a los 1.800 millones de dólares (según Forbes), está acostumbrado a hacer historia.

Primero a través de su compañía Shift4, que a día de hoy gestiona más de 200.000 millones de dólares en pagos al año para un tercio de los restaurantes y hoteles de EEUU. Pero también batiendo el récord de velocidad dando la vuelta al mundo en avión ligero en menos de 62 horas, coleccionando cazas de combate o liderando Inspiration4, la primera misión civil en órbita del mundo, lanzada por SpaceX en 2021.

Ahora, como comandante de misión de Polaris Dawn y junto a sus otros tres tripulantes, alcanzará una distancia de 1.400 km de la Tierra, más lejos de lo que ningún humano ha hecho en los últimos 52 años, desde las últimas misiones Apollo. Si todo sale según lo planeado, también será el primer civil, junto con Sarah Gillis —especialista de misión de SpaceX—, en realizar un paseo espacial comercial.

Aunque su dinero ha sido fundamental para el lanzamiento de la misión (una cantidad no desvelada pagada a medias con SpaceX), Isaacman sabe que no habría llegado hasta allí él sólo, y sus dos años y medio de entrenamiento así lo atestiguan. Sus primeras palabras desde la órbita terrestre fueron de agradecimiento. 

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