Afíncada definitivamente en Málaga, donde comparte amistad y proyectos profesionales con una estrella como Antonio Banderas, María Casado es la viva imagen de la felicidad en estos momentos. "Málaga me lo da todo y si algo me faltaba, que era mi madre, pues ya está aquí y se queda conmigo. Así que más completo, imposible".
Pero buena parte de culpa del gran momento personal que atraviesa la presentadora la tiene su pareja, la cantante y fotógrafa catalana Cristina Márquez, cuyo nombre artístico es Martina di Rosso y con la que mantiene una relación sentimental desde hace más de un año.
Era en el prestigioso festival Starlite de Marbella del año pasado cuando ambas oficializaban su amor tras haber acudido juntas a la gala de entrega de los premios Goya, que María presentaba precisamente junto a Antonio Banderas.
Ahora la pareja ha vuelto a donde comenzó todo para presumir de amor de nuevo en el photocall del glamuroso evento marbellí. Allí las dos posaban espectaculares en una velada que la conductora de 'Las tres puertas' definía como "mágica y solidaria", mientras agradecía sus esfuerzos a los encargados de su atuendo y belleza.
Lo que quizá no esperaba es que más tarde, desde las redes sociales de su chica, le llegara una romántica declaración de amor. "Algo debí hacer muy bien en otra vida para que en esta, tenga a una mujer tan maravillosa a mi lado", comenzaba diciendo Martina a María junto a una bonita imagen en pleno beso sobre la alfombra roja.
"Gracias por elegirme cada mañana, en mis mejores y en mis peores", continuaba diciendo esta joven tarraconense, pero criada en Sevilla, cuyas canciones suenan a rumba catalana, flamenco y melodías indies. "Lo más bonito de tenerte cerca es que sacas lo mejor de mí. Contigo al fin del mundo", finalizaba el romántico mensaje a su "mujercita preciosa a rabiar", que le contestaba con dos significativas palabras: "Te amo".
Además de contar su amor en las redes, Martina también lo canta. Lo ha hecho en uno de sus temas, 'Oye', en el que relata su historia de amor con la periodista catalana y cómo por ídem se terminó mudando a Málaga con ella. "Estaba en una plaza que se llama La Merced, esperando a una chica muy canijita. Era rubia catalana, ojos verdes, 1'70 y yo me enamoré", narra la cantante antes de decir "nos besamos y le dije: 'Yo me quedo aquí a vivir'".
