Imagina que tienes un rompecabezas de tres mil millones de piezas, pero no tienes la imagen de la tapa del puzzle para usarla de referencia. Esto es más o menos lo que sucede con los restos de ADN que se obtienen de las numerosas muestras de mamut lanudo que se encuentran en el permafrost de Siberia , una circunstancia que cambiará radicalmente gracias al hallazgo de un equipo internacional de científicos con la participación del Centro de Regulación Genómica (CRG) en Barcelona.
En un trabajo publicado este jueves en la revista Cell , los investigadores describen el descubrimiento de los primeros fósiles de cromosomas antiguos en los restos de un mamut lanudo que murió hace 52.000 años . Los autores extrajeron ADN de una muestra de piel tomada detrás de la oreja de este animal encontrado en el noreste de Siberia en 2018 e inusualmente bien conservado.
“Creemos que se liofilizó espontáneamente poco después de su muerte”, dice Olga Dudchenko, investigadora del Centro de Arquitectura del Genoma de la Facultad de Medicina de Baylor y coautora del artículo. “La arquitectura nuclear de una muestra deshidratada puede sobrevivir durante un período de tiempo increíblemente largo”.
Estos fósiles conservan la estructura de los cromosomas antiguos hasta la escala nanométrica (millonésimas de metro). Y los cromosomas fosilizados, que son alrededor de un millón de veces más largos que la mayoría de los fragmentos de ADN antiguos, proporcionan información sobre cómo se organizaba el genoma del mamut dentro de sus células vivas y qué genes estaban activos dentro del tejido de la piel del que se extrajo el ADN.
“Se trata de un nuevo tipo de fósil, y su escala eclipsa a la de los fragmentos individuales de ADN antiguo”, afirma Erez Lieberman Aiden, coautor del estudio. “También es la primera vez que se determina un cariotipo de cualquier tipo para una muestra antigua”.
El hallazgo es un pequeño avance para quienes trabajan en la desextinción de estos animales y nos ayuda a conocer mejor su parecido con los elefantes actuales. “Estos resultados tienen consecuencias obvias para los esfuerzos contemporáneos destinados a la desextinción del mamut lanudo”, dice Thomas Gilbert, especialista en paleogenómica de la Universidad de Copenhague y coautor del estudio.
Una de las primeras cosas que hizo el equipo fue determinar la cantidad de cromosomas que poseía el mamut lanudo. “Descubrimos que tenían 28 pares de cromosomas , lo cual tiene mucho sentido, porque eso es lo que tienen los elefantes modernos, y son el pariente vivo más cercano del mamut lanudo”, asegura. Juan Antonio Rodríguez, investigador de la Universidad de Copenhague y del Centre Nacional d'Anàlisi Genòmica de Barcelona (CNAG), coautor del trabajo.
“Lo que nuestro trabajo nos ha enseñado es que la estructura del genoma del mamut y el número de cromosomas que tiene, que hasta ahora no se sabía, son muy parecidos a los del elefante actual”, explica Marc A. Marti-Renom, coautor del estudio e investigador del CRG de Barcelona.
“Nos dice que la idea de desextinción no es exagerada. Si hubiéramos encontrado que tiene un cromosoma más, o uno menos, o que hay una reorganización cromosómica relevante, habría sido un trabajo mucho más difícil. ¿Es eso suficiente para revivir el mamut? No, es un pasito más y nos dice que igual no es tan complicado. Otro asunto es si vale la pena, que es un debate en el que no entramos”.