La muestra 'Picasso por los maestros: de Cecil Beaton a Irving Penn', comisariada por Cristina Carrillo de Albornoz Fisac, recorre las imágenes que tomaron a Picasso y su entorno los grandes fotógrafos del siglo XX, que tuvieron un papel decisivo en la construcción del mito del artista. Forma parte de las actividades de conmemoración del 50 aniversario del fallecimiento del creador malagueño.
Picasso encarnó el ideal del artista moderno, convirtiéndose en un icono universal de la cultura moderna con la complicidad de la fotografía. Conocía el poder de comunicación de la imagen y comprendió muy pronto su importanciaen la transformación de una percepción pública, así como su capacidad parafomentar el culto a su personalidad. No solo fue uno de los más fotografiadosdel siglo XX sino, con toda probabilidad, una de las personas más carismáticas de la historia.
En ese sentido, la galería invita a acercarse a su figura, formas de pensar y trabajar y muchos momentos cruciales de su vida creativa y personal en sus más de 70 años carrera, a través de 65 instantáneas de maestros clave de la historia de esta disciplina. Por ello, en la muestra están presentes grandes creadores como Man Ray, Cecil Beaton, Robert Capa, Willy Rizzo, Gjion Mili, David Seymour, Michel Sima, David Douglas Duncan e Irving Penn.
El recorrido presenta a un Picasso en pleno proceso de trabajo, pero también aborda la dimensión humana, su vida privada e íntima y su círculo de familiares y amigos. Comienza con un joven de 26 años en el barrio de Montmartre en París –la capital mundial del arte en aquel momento, donde se había instalado en 1904– hasta el Picasso de 86 años en Mougins, en el Sur de Francia, zona a la que se trasladó a finales de la década de los 40, y donde aparece fotografiado en repetidas ocasiones.
En este largo periplo histórico, también se encuentran instantáneas con su primera esposa Olga Khlokova en París, su amante Dora Maar y su perro afgano en la playa, así como su musa Sylvette, Françoise Gilot o bailando con
su segunda esposa Jacqueline Rocque. También en sus estudios parisinos de la rue Boetie o de la rue de Grands Agustins o sus distintas residencias del Sur de Francia: el castillo Grimaldi en Antibes, la Villa Galloise en Vallauris –donde descubrió una de sus grandes pasiones, la cerámica–, la célebre Villa La Californie o su última residencia en Mougins, Notre Dame de Vie