La manera de trabajar de las empresas hace mucho que cambió, en especial en aquellas que tienen más empleados. Por eso, lo normal es escoger un software para ventas, con el cual hacer este proceso más sencillo.
En el mercado existen diversas soluciones, de forma que las empresas pueden elegir aquella que mejor encaja con su sector, manera de trabajar, costumbres, etc. Ahora bien, antes de decantarse por una u otra, conviene tener en cuenta algunos factores.
Debe ser escalable y flexible
Las empresas no son un ente fijo, sino que van cambiando con el paso del tiempo. De hecho, si todo va bien, lo normal es que crezcan.
Así, el software de ventas debe ser escalable. Esto significa que tiene que crecer con la empresa, para que si esta aumenta su volumen de negocio no haya que cambiar el programa que lleva las ventas. Del mismo modo, el que sea flexible también es otra cualidad a tener en cuenta, ya que hará que sea más sencillo adaptarlo a la manera de trabajar de la empresa, puesto que no hay dos iguales.
¿Se integra con otras herramientas?
Lo normal es que un negocio no solo emplee un programa de ventas, sino que también tenga otros como el CMR que se encarga de las relaciones con los clientes, otro que gestiona el inventario en tiempo real, etc.
Un software de ventas tiene que poder integrarse con estas aplicaciones ya existentes, pues la idea es que facilite el flujo de trabajo, no que duplique la información y haga la tarea más complicada a los empleados.
¿Qué funciones tiene?
Buena parte de los programas que se usan para ayudar con las ventas tienen unas características comunes, como la gestión de contactos, el seguimiento de oportunidades, la generación de informes, la capacidad de hacer facturas, etc.
Ahora bien, hay que revisarlas por si hay alguna que se necesita en la empresa y no está disponible. Si es flexible, se puede implementar, pero quizá es mejor que en un primer momento no haya que hacer desarrollos a medida.
¿Cómo protege los datos?
Todos conocemos empresas que han tenido problemas con los datos que almacenaban. De vez en cuando, saltan a los grandes medios noticias sobre compañías que han perdido los datos de millones de clientes. Esto también pasa en los pequeños negocios, por lo que hay que interesarse sobre la gestión de los datos que hace el software que empleamos para vender.
Estas soluciones han migrado a la nube, de forma que es la compañía que provee el programa la que se ocupa de la seguridad, así que hay que pedir que nos expliquen cómo guardan los datos.
¿Cuánto cuesta?
Cuando vamos a elegir un programa para la empresa, su precio es fundamental a la hora de tomar la decisión de compra. Es cierto que no debe ser el único factor a tener en cuenta, pero es importante. Hay que evaluar el coste a largo plazo, especialmente ahora que estos programas funcionan por suscripciones mensuales, y ver qué retorno va a dar con el paso del tiempo, buscando un equilibrio entre su precio y lo que nos aporta.