Llega la época de Navidad, y con ello los gastos. Es sobre todo a los niños (y no tan niños) a los que más ilusión les hace que llegue esta época del año porque significa de manera directa o indirecta que van a recibir regalos.
Para las jugueteras y empresas de distribución de juguetes también es una época donde se concentran la mayoría de sus ventas, y es por ello que muchas recurren a métodos poco legales para maximizar sus beneficios rebajando los costes, ya sea abaratando los materiales o tocando procesos en la cadena de montaje.
Esto provoca que muchos de los juguetes que se fabrican no lleguen a cumplir los requisitos que pone la Unión Europa para su comercialización bajo el sello CE de calidad, ya que suponen un peligro para los más pequeños, por riesgo de asfixia como el más destacable.
El Sistema Europeo de Alerta Rápida (RAPEX) es el encargado de alertar a los europeos de posibles peligros en productos no alimenticios. Su cometido es difundir rápidamente información sobre productos que puedan ser peligrosos y sobre las medidas nacionales en materia de cumplimiento de la legislación al respecto.
El RAPEX detectó en el año pasado 2.117 alertas en la Unión Europea, de las cuales 20 % pertenecen a juguetes mal señalizados que incluían sustancias químicas peligrosas o la presencia de piezas pequeñas que suponían riesgo de asfixia en niños pequeños.
Es por eso que RAPEX, las asociaciones de consumidores y usuarios de toda España y Europa, y comerciantes licenciados, han querido ofrecer una serie de consejos para minimizar el riesgo de estas alertas y de posibles peligros para nuestros más pequeños:
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Antes de comprar un juguete, asegúrese que se corresponde con la edad del niño e incluye advertencias de seguridad en español. También debe tener marcado CE, dirección del fabricante o importador y número de referencia.
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Si en el hogar hay niños menores de tres años con hermanos mayores, hay que mantener los juguetes de estos últimos alejados de los más pequeños, sobre todo si llevan piezas pequeñas.
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Los juguetes que sean muy duros y tengan elementos que sobresalen también no son adecuados para un niño pequeño. Por eso, antes de adquirirlos, conviene comprobar las aristas y los bordes.
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Si el juguete lleva pilas, comprobar que el compartimento es difícil de abrir. Y si lleva cintas o cordones, asegúrese de que no son largos, podrían provocar asfixia si se enganchan en el cuello mientras juegan.
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Evitar dar al juguete otros usos distintos para los que está diseñado. Por ejemplo, los “pop it” de silicona de colores no deben usarse como moldes de cocina para alimentos, ya que podrían generar problemas de toxicidad.