Mayo ha llegado y, cuando se vaya, se llevará con él el fútbol en la Primera Federación. Del Fuenlabrada dependerá la forma de irse, pero solo hay dos caminos: permanencia o descenso. Tomar uno u otro camino está a varias victorias de distancia. Dependerá también de los rivales, que tienen duelos muy complejos en esta jornada 35. Pero la hoja de ruta está clara: o ganan, o vivirán una última jornada como la de la temporada anterior.
Alfredo Sánchez tiene mucho trabajo por delante, y muy poco tiempo. En esta segunda semana de entrenamientos, el técnico afirmó que ha visto un alto grado de compromiso por parte de la plantilla. También que habrá cambios en el once, ya sea por elección o por obligación. En ese segundo supuesto entra De Camargo, que sigue todavía hospitalizado y pendiente de pruebas tras su shock epiléptico de hace siete días. También Diego Gómez, Fer Ruiz y Bilal. Los dos primeros llevan ya más de un mes fuera, mientras que el tercero no ha llegado a debutar desde que fichó en el mercado invernal.
Quedan doce puntos, y el Fuenla debería sacar, al menos, la mitad. Logroñés y Real Unión fuera de casa, Arenteiro y Cornellá dentro. Cuatro partidos que le enfrentan con tres rivales directos. Sacar seis puntos o más dejaría la permanencia prácticamente asegurada, por lo que queda todo en manos de un Fuenlabrada que debe salir de su crisis cuanto antes, tanto anímica como futbolística.
El Logroñés, rival de este sábado, está gastando sus últimos cartuchos para intentar agarrarse desesperadamente a la Primera Federación. No sumar podría certificar el descenso de forma ya matemática. Si pierde contra el Fuenla, y Sabadell y Sestao puntúan, dirá adiós a la categoría. Ganar les mantendría vivos, empatar les dejaría con un pequeño hilo de vida, muy dependientes de que Sabadell y Sestao no ganen. El mes de las sentencias ha llegado. Cada partido marcará el futuro de muchos clubes.
