Rubén Lobato llega al C.F. Fuenlabrada para reforzar el lateral izquerdo, en el que ahora hay tres jugadores para dos puestos. Es joven, viene rodado y más de Fuenla que la Fuente de las Escaleras. Tras su periplo en Asturias, Lobato vuelve a una casa de la que antes era aficionado y ahora será protagonista.Cayó el cuarto fichaje para el Fuenlabrada de la 2016-2017. Tras la salida de Borja Díaz, el vestuario tenía déficit de adn fuenlabreño. Para solucionarlo, el club ha fichado a otro hombre de sangre azul por partida doble: es de Fuenlabrada y aficionado del club.
Siguiendo el relato de la entidad en la presentación del fichaje, la historia de Rubén Lobato es la de un jugador que siempre ha querido jugar en el equipo de su ciudad. Pero el fútbol le mandó a Pontevedra y a Asturias, con el Atlético de Madrid mediante: "le dije a mi padre que era una pena irme tan lejos para seguir con mi carrera futbolística, que lo que verdaderamente quería y con lo que soñaba era con poder jugar en el equipo de mi ciudad, el CF Fuenlabrada".
El momento ha llegado tras una temporada en el Lealtad en la que ha jugado veintisiete partidos, más de la mitad como titular en el lateral izquierdo. A sus veintidós años, sabe perfectamente lo que es jugar en la Segunda División B, donde la exigencia es máxima y los fallos penalizan doble. Puede ser también interior, cualidad que siempre puede venir bien.
