Necesitamos, para entendernos y comprendernos más a nosotros mismos, más tesis doctorales y TFG sobre el periodismo y el articulismo en concreto, en nuestra sociedad y país.
Estimo que no valoramos lo suficiente, este género, denominado columnismo o articulismo, ahora, podríamos denominarlo microcolumnismo –por la reducción, en muchos medios, de estos textos a trescientas o quinientas palabras-.
Pero es un reflejo, dicho subgénero a mitad de camino, casi la mayoría, entre el periodismo y la información, entre diversos saberes de ciencias sociales y humanas, y, la literatura y poesía, en algunos casos, como mi modesta pluma, siguiendo a tantos precursores y precedentes, Unamuno, Ortega, D´Ors, Albiac, Savater, Aranguren, Cuartango y, tantos otros, que no puedo mencionar a todos, porque la memoria se olvida, también, siguen y seguimos la filosofía y metafísica…
Los columnistas, en general, bajo su opinión e ideas y conceptos y experiencias y sus traumas y sus heridas y sus afectos y sus alegrías, nos juzgan una multitud de temáticas, de sus presentes, y, de realidades que se encabalgan siglo tras siglo. Lo actual es lo que existe, no solo la novedad.
Ese es el milagro del articulismo, al menos, durante estos tres siglos. Necesitamos tesis doctorales en nuestra sociedad, país, Estado que nos indiquen, multitud de aspectos y multitud de nombres que han ido recorriendo este lago y río y mar de historia e Historia que llevamos arrastrando por generaciones y generaciones.
Nosotros los que habitamos este lugar cuadrado-pentagonal. Nosotros, siempre tenemos sobresaltos sociopolíticos, debe ser, que es nuestra condición, al menos, desde que los franceses por 1808 nos invadieron para ir a otro lugar, Portugal, pero para quedarse aquí…
El 18 de junio de 1989, en El ABC, Jaime Campmany, publicó una columna, titulada: Sala de grados. En la que nos refieren que asistió a la presentación de una tesis doctoral sobre su obra y su trabajo y su literatura y su periodismo.
Como es lógico y racional, agradece a la doctora, ya que fue mujer, de Perú, su estudio y análisis y su investigación y su generosidad con sus publicaciones, la doctoranda, Fabiola Morales. Pero Fabiola Morales, no solo realizó un estudio sobre una persona y el columnismo en general, sino que es una tesis que nos enseña la necesidad del análisis de este género, para comprender y entender nuestra historia.
Cito este artículo que se refiere a una tesis doctoral, para que seamos conscientes, de muchas cosas intelectuales y culturales, una de ellas, que una columna puede ser sobre diversidad de temas. Hoy, existe una inflación e hiperinflación sobre las columnas políticas, en menor medida, económicas, y, en menor medida, socioculturales o sociales.
Podemos entender y comprender, que existe un fuego interior, de temor y temblor en el ambiente. En el consciente e inconsciente, que no sabemos hacia dónde caminará la realidad presente. Se teme, en los bares y tascas y cantinas, se hablan dos palabras, y, se siente un temor en las palabras. Las personas están preocupadas. Debo indicarlo, porque no sabemos cómo terminará esto, dónde será la puerta de salida y a dónde nos llevará…
Un director de una cadena televisiva y comentarista en su cadena, -no diré el nombre-, comentaba, que hace unos años, hacia 2017, iba de viaje hacia la costa, y se detuvo en un bar de carretera, y, estaban informando de los acontecimientos de aquellos días en Barcelona, y, que todo el bar estaba en completo silencio.
Y, si mi memoria, no me falla, que se quedó perplejo e incluso le extraño, que en un bar de carretera en un pueblo de Cuenca, en plena mancha de la Mancha, acostumbrados a las voces y gritos y a hablar fuerte, hubiese más silencio que en una sinfonía de Beethoven o en una Misa de domingo… -he poetizado y retoricado o retorizado la idea que expresó en una tertulia, pero no el contenido, ni la esencia del contenido-.
De ahí, que los directivos de los medios de hoy, deben ser conscientes, que no todo puede ser información política, ni solo económica, sino que la realidad de los seres humanos de hoy, es múltiple y variada.
Es necesario consolar y sosegar y mesurar y moderar a los corazones humanos, con otras informaciones, la mente, no puede solo degustar platos de cocido de política económica y de economía política, sino también, necesita paellas de cultura, ensaladas de deportes, postres y helados de costumbres, y, todo lo demás que en la vida constituye ese entramado de tapices y alfombras y pinturas de tantos colores… Hay cuadros pintados en blanco y negro, pero la mayoría tienen tres o cinco o siete o diez colores…
En este viaje por el columnismo que voy recorriendo de estos dos últimos siglos, siempre se cita al tatarabuelo Larra, pero Larra, seamos sinceros, no todas sus actuaciones sociopolíticas fueron correctas, por tanto, los columnistas que han venido después, uno tras otro, si van examinando, tampoco en todas sus actuaciones y en sus ideas y en sus ideologías, tienen que estar de acuerdo con usted y conmigo.
No todo lo que dijo o hizo Einstein, fuera de la Física fue apropiado, pero los 271 artículos científicos que firmó, creo que esa es la cifra, que redactó con solo su firma o en colaboración nos abrieron mundos de interpretación del cosmos mundo, y, aplicaciones que todavía seguimos.
A los articulistas les sucede lo mismo, en miles de columnas, nos abren posibilidades para pensar, no tenemos que creen en todo lo que dicen, pero si podemos y debemos pensar en todo lo que dicen, porque nos muestran otras caras y rostros de la montaña que siempre estamos viendo… A Campmany, habría que con su colega, Umbral, Montalbán, sacarlos ya del purgatorio de los escritores en los que lleva ya tres lustro y algo y menos algo…
¡Y, a los columnistas de las provincias y las regiones de Celtibería aún más… debemos recuperarlos…!