Opinión

La pandemia le dio un empujón a la filosofía ambiental de las empresas

Hemos visto como algunos países han comenzado a flexibilizar las restricciones que venían aplicando durante la pandemia para evitar la propagación de la COVID-19, gracias a las jornadas de vacunación que están realizando. Sin embargo, el aislamiento de las personas en sus hogares por más de un año continúa dejando su marca y una de ellas es que ha llevado a las empresas a transformar su filosofía ambiental.

Ciertamente, el medioambiente y su preservación ha sido una preocupación para las compañías desde hace tiempo, incluso antes de la crisis sanitaria. Pero durante esta época las relaciones de las empresas con la sociedad, así como con los clientes y empleados, han experimentado cambios y eso ha permeado también en la política ambiental corporativa.

En este sentido, la filosofía que define el área ecológica en las compañías ha dado un salto cualitativo y, en gran medida, por las consecuencias “positivas” que el encierro ha tenido para el medioambiente. La gente ha podido ver el cielo azul, despejado de smog y, en ocasiones, el tránsito de animales salvajes por las carreteras y autopistas.

Los ciudadanos constataron las bondades de estos hechos, por lo que ahora les están dando mayor importancia al respeto y preservación del medioambiente. Las empresas, por su parte, comprendieron que había que montarse en esta nueva ola. Por ello, no es extraño ver un anuncio de cuadernos escolares y libretas de trabajo manufacturados con papel proveniente del bagazo de caña de azúcar en lugar de talar árboles en los bosques.

La publicidad también ha orientado sus mensajes hacia el reciclaje del plástico, vidrio y otros desechos orgánicos e inorgánicos por parte de las empresas. Y es que la conducta de los consumidores ha cambiado, dándole un gran peso al medioambiente a la hora de adquirir productos y servicios y esto no lo pueden obviar las compañías.

Los clientes cada vez más aplauden y respaldan a las marcas promotoras de lo verde y a los productos cuyo procesamiento toma en cuenta lo ecológico. Así que los esfuerzos corporativos en esa materia tienen que profundizarse ahora y en el futuro, no solo para responder a esas nuevas exigencias de los consumidores, sino también porque preservar la biodiversidad es una de las necesidades y una directriz a mantener en la post pandemia.

No hay dudas de que la mejor vacuna para la humanidad y el planeta es proteger la naturaleza y la biodiversidad y las empresas deberían ser partícipe de ello.

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