Cientos de personas se congregaron en El Palo, Málaga, para despedir al pequeño, que falleció tras caer en un estrecho y profundo pozo de una finca de Totalán, el pasado 13 de enero. Las muestras de afecto y solidaridad hacia la familia han sido innumerables.
"Vengo de Motril y he venido expresamente al tanatorio, a acompañar a la familia porque yo también soy padre y puedo entender cómo están. Me pongo en su situación y creo que se trata de una pérdida muy grande. La verdad es que es una pena", afirmaba un ciudadano llegado desde la provincia de Granada.
"El dolor lo tienen ellos. Por mucho que digamos nosotros, ese dolor tan grande... lo tienen ellos", afirmaba otra ciudadana.
"Estamos aquí para arropar a la familia", señalaba otra de las personas presentes en el funeral.
Tras una faraónica y compleja operación de rescate, el cuerpo sin vida del niño de dos años fue encontrado en la madrugada del sábado, cubierto de tierra, a 71 metros de profundidad.