La investigación se inició el pasado mes de febrero cuando los agentes tuvieron conocimiento de que en una vivienda de lujo de la localidad de Los Hueros se estaba produciendo el cultivo indoor de marihuana. Desde allí era procesada y preparada para su distribución y venta a otros países europeos.
Continuando con la investigación, los agentes pudieron constatar que habían realizado un enganche ilegal al contador eléctrico general de la vivienda llegando a cortar la calle durante dos días, perforándola longitudinalmente y
volviendo a asfaltarla.
Los investigadores descubrieron que los principales responsables controlaban otras viviendas en la misma localidad y en el municipio cercano de Torres de la Alameda. El grupo criminal hacía un uso coordinado de las tres viviendas para albergar un gran cultivo, el cual era supervisado y coordinado por una pareja que lideraba las actuaciones.
Otro de los autores era el responsable de la realización de los enganches ilegales, del montaje de los cuadros eléctricos, temporizadores y demás sistemas electrónicos de iluminación, riego y refrigeración de las viviendas.
En un último escalón se encontraban los encargados de la vigilancia y control de las plantaciones que además realizaban reuniones en uno de los domicilios, desplazándose en patinete eléctrico para pasar desapercibidos.
La investigación culminó a mediados del mes de febrero cuando se produjo la entrada y registro en los tres domicilios donde nueve personas fueron detenidas como presuntas responsables de delitos contra la salud pública, defraudación de fluido eléctrico y pertenencia a grupo criminal.
En el interior de las viviendas se pudo observar como se estaba desarrollando el cultivo hidropónico de una manera coordinada entre las tres viviendas. En una de ellas se abastecía del material necesario para el desarrollo de las plantaciones, siendo el centro de reuniones. La otra, albergaba el cultivo indoor de la sustancia estupefaciente, con más de 2.500 plantas a mitad del proceso de floración. Y la última, el cultivo de más de 1.500 plantas en la fase final del proceso. De esta manera se aseguraban la recogida de los cultivos de manera alterna, disponiendo siempre de sustancia estupefaciente para su venta.