La supervisión de los padres y la tecnología

Los niños utilizan cada vez más la tecnología y empiezan a hacerlo desde edades más y más tempranas. Además, cada vez son más las plataformas desde las cuales es posible acceder a Internet hasta el punto que la supervisión de los padres se vuelve cada vez más difícil.

La cultura que se ha creado alrededor de las nuevas tecnologías ha dado un vuelco a la forma en la que muchos comprenden la privacidad y la intimidad, creando en muchos casos situaciones de riesgo que pueden afectar la seguridad de nuestros hijos.

La información a la que los niños acceden en Internet puede tener un impacto severo en su comportamiento, aprendizaje y en la forma en la que se relacionan con su entorno. Por eso es importante que los padres estén al tanto de los avances tecnológicos y de cómo pueden educar a sus hijos en un buen uso de la tecnología, para ofrecerles las herramientas y conocimientos necesarios para que estén protegidos de posibles amenazas.

El impacto de la tecnología es tal que hoy en día 7 de cada 10 niños tienen acceso y han utilizado un dispositivo móvil antes de los 8 años, pero lo impactante es que muchos niños han utilizado algún dispositivo móvil antes de los 2 años. Sumado a esto la cantidad de adolescentes que leen por placer ha disminuido considerablemente, los niños y adolescentes necesitan de estímulso más interactivos para divertirse.

El panorama actual nos muestra a generaciones que crecen en un medio audiovisual y multimedia, rodeados de tecnología y con cuentas en distintas redes sociales, hasta el punto de tener dificultad para comprender que si se utiliza de forma equivocada puede conllevar un riesgo para ellos o para su familia.

En este mundo tecnológico la observación de la conducta y acciones de los hijos por parte de los padres debe ser mayor, pero las nuevas herramientas hacen que los niños aprendan muy rápido a utilizar la tecnología para saltarse la supervisión de sus padres, algo que puede llevarlos a situaciones que les perjudiquen, desde el acoso o cyberbullying, hasta proporcionar datos privados que puedan afectar a su entorno cercano, minando su autoestima y creando un entorno en el que se podría llegar a desarrollar incluso un cuadro de depresión infantil.

Como padres, es muy importante estar involucrado en el aprendizaje de los hijos, conocer su entorno de amistades y lo que hacen en Internet. Es importante no dejar que los estímulos externos que reciben a través de las redes sociales sean los que definan el comportamiento y la personalidad de nuestros hijos.

Es posible enseñar un uso responsable de la tecnología, algo muy beneficioso a largo plazo, pues los niños podrán aprovechar el potencial que ofrecen estas para desarrollar toda clase de actividades y para interactuar de forma sana con sus entornos tanto dentro como fuera de la red.

Para ello es fundamental la buena comunicación con los hijos. Los padres deben estar bien informados de los contenidos a los que acceden y controlar que los equipos que utilizan tengan las restricciones adecuadas, para que no puedan acceder a contenidos inadecuados para su edad, y también para que las publicidades que aparezcan en las páginas que visitan sean apropiadas para su edad.

Mantener una conversación fluida y abierta con nuestros hijos, para que se sientan cómodos compartiendo aquello que les gusta y lo que no de Internet, para que tengan la confianza de acudir a nosotros si surge algún problema, así como asegurarnos de que tienen unas normas básicas claras para utilizar la red de una forma segura, será la clave para ejercer una supervisión efectiva que evitará que corran riesgos innecesarios al interactuar con los demás en la red.