La conciliación se regula en la Ley 39/1999, de 5 de noviembre, desde donde se promueve el equilibrio de la vida familiar y laboral, los permisos de maternidad y paternidad, o el acceso a puestos de responsabilidad. Asimismo, también nos da resguardo el Real Decreto- Ley 6/2019, de 1 de marzo, de medidas urgentes para la garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación, o el texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores, que contempla el derecho de las personas trabajadoras a solicitar la adaptación de la duración y distribución de la jornada de trabajo.
Una vez más no es la falta de leyes el problema, sino la falta de criterio o directamente de aplicación de las mismas, lo que impide que en España la conciliación familiar suene a utopía, al igual que otras medidas que apuntan en la dirección, como el teletrabajo.
Cierto es que no todos los sectores gozan de las mismas trabas. Y también es cierto que no padecen por igual los inconvenientes hombres y mujeres, siendo lo habitual que el peso de las cargas familiares recaiga de manera desigual en la pareja, con el agravante que, esa falta de conciliación, desencadena en un desequilibrio de la corresponsabilidad.
Para hablar de este, y otros temas, hoy conversamos con el abogado penalista Juan Gonzalo Ospina, padre de dos menores y socio director de Ospina Abogados, quien nos va a trasladar la realidad de la abogacía y la conciliación familiar.
¿Es fácil compaginar el ejercicio de la abogacía y la paternidad?
Cada caso es muy particular. La abogacía es una profesión que se vive con diferentes realidades, y tales diferencias de escenario hacen que generalizar sea errar. Es fácil de entender que no encontrarán las mismas condiciones de trabajo un abogado de empresa que trabaja para un banco, que un abogado que cubre el turno de oficio o que dirige un despacho unipersonal.
En mi caso concreto vivo las realidades desde diferentes ángulos. Yo mismo soy padre de dos niñas, y también tengo empleados en el despacho que tienen hijos a su cargo, y por tanto tratamos de adaptarnos con circunstancias complejas, en un trabajo donde los festivos también se trabajan, y donde los horarios de atención a los clientes en ocasiones requieren de cierta flexibilidad. No somos un comercio con un horario en la puerta, y eso genera serios inconvenientes para que la conciliación real pueda ser efectiva al 100%.
En este sentido, ¿le parece adecuado el camino hacia mayor desconexión física de los despachos?
Las implicaciones de la conciliación familiar no alcanzan únicamente al trabajador. Yo comprendo que un empleado motivado y satisfecho completa sus tareas con mayor eficiencia y puede suponer un aumento de la “productividad”. Yo, como responsable de un equipo de trabajo, no quiero que la gente trabaje muchas horas, sino que los minutos multipliquen su valor.
Si tuviera que indicar las ventajas de la conciliación familiar para un despacho de abogados, ¿cuáles serían?
Es algo constatable que, si aumentamos la calidad de las condiciones de trabajo de los empleados, ellos mejoran también su compromiso corporativo, generando no solo una retención del talento, sino una atracción del talento. Algo altamente demandado en nuestro sector.
Por supuesto ello desencadena también un mejor clima de trabajo, y repercute en menor absentismo laboral.
Usted es abogado penalista, y vemos en sus redes sociales que viaja mucho para atender casos en Barcelona, Sevilla, Marbella… ¿es compatible eso con su vida familiar?
Como le decía anteriormente algunas cosas se pueden adaptar, pero otras no. Yo puedo tratar de tener una hora de salida del despacho que me permita disfrutar, y asumir mis obligaciones en familia, pero no puedo prever cuando tendré una asistencia letrada al detenido en aeropuerto, o un juicio rápido por un delito de alcoholemia. En Ospina Abogados somos abogados penalistas 24 horas y eso, evidentemente, nos hace flexibilizar cualquier plan de conciliación que podamos poner sobre la mesa. No sería el primer cumpleaños, o cita especial que me pierdo por ejercer el derecho penal. Para ser un buen penalistas tienes que amar tu profesión, con sus pros y contras.
¿Qué pautas establece para dar ese equilibrio a su trabajo y la familia?
Es necesario ser prácticos, anticipar todo lo posible las labores que tengo que realizar en casa, ordenando por importancia las acciones. A veces, esto puede suponer especificar día y hora para cada trabajo, y no dejar nada a la improvisación. Sólo si tenemos un plan, será posible ser flexibles y encajar los imprevistos que se nos presentan a lo largo de la jornada.
Por poner un ejemplo nimio, yo hago deporte todos los días. Para que ello sea posible y no suponga un obstáculo en la organización familiar, a las 7 ya estoy dando pedales, y así despejo el día para otras tareas que solo puedo ejecutar en ciertos horarios, como acompañar a mis hijas al parque o recogerlas del colegio. Asumir que tenemos obligaciones que atender, es el primer paso para no dar excusas y ponernos en camino.