No todo es color de rosa en el mundo de la pareja del año, Tamara Falcó e Íñigo Onieva. A dos meses de su enlace matrimonial, ella se enzarza en un litigio con las diseñadoras de su vestido de boda y se cancela el encargo, provocando que tenga que viajar al otro lado del océano para ponerse en contacto con Carolina Herrera, que le prepare un vestido de novia en tiempo récord.
Y ahora es él quien tiene problemas: el empresario ha sido despedido de su actual trabajo, un restaurante y una discoteca donde actuaba como relaciones públicas.
Aunque no han trascendido los motivos exactos de su despido, porque el restaurante no quiere dar más información al respecto, todo apunta a que el futuro marido de Tamara Falcó no aceptaba trabajar por menos dinero de lo que ya estaba cobrando en la actualidad, y eso podría haber sido el punto de impás en la discusión.
El empresario se ha trasladado estos días a Francia junto a una asociación benéfica que se dedica a visitar a enfermos y repartir alimentos entre los más necesitados. No es la primera vez que el joven realiza alguna que otra labor humanitaria y muchos han especulado si Onieva había pedido a en Lourdes por su futuro matrimonio con la socialité. Aunque, tras conocerse la noticia de su despido, a lo mejor también ha pedido por un nuevo trabajo.