La cantante Bebe, que se encuentra centrada en su gira por España, está ahora mismo en el punto de mira. La artista extremeña, en sus últimos conciertos, ha decepcionado a muchos de sus seguidores por sus recientes actitudes sobre los escenarios.
Como consecuencia, la mayoría de los asistentes han acabado totalmente disgustados con sus actuaciones, señalando su indignación con el comportamiento de esta. Tal ha sido el enfado de sus fans, que muchos de ellos han llegado a exigir la devolución del precio de las entradas.
La intérprete de éxitos como ‘Malo’ o ‘Ella’, los cuales siguen sonando a día de hoy en algunas emisoras de radio, se están viendo empañados con motivo de sus últimas actitudes. A pesar de que desde la agencia de representación de Bebe no han querido pronunciarse sobre lo sucedido, algunos asistentes a sus últimos conciertos.
Sin embargo, algunos programas de televisión han servido como altavoz para los seguidores indignados que no están nada contentos con el comportamiento de la cantante. Este ha sido el caso de Diego, que en el programa ‘Y ahora Sonsoles’ de Antena 3 ha relatado su experiencia.
El protagonista ha explicado que el pasado mes de noviembre asistió junto con su pareja al concierto de la extremeña en Barcelona. De acuerdo con sus palabras, fue “un completo desastre” y que ambos, al igual que muchas más personas, abandonaron el recinto.
Además, Diego ha explicado que la artista no interpretó ni una sola canción completa, pues era incapaz de recordar los acordes de las mismas. Por si fuera poco, no podía recitar las letras de sus temas. Enfadada con la situación, la pareja intentó por todos los medios ponerse en contacto con los representantes de Bebe, pero no obtuvieron respuesta.
Finalmente, solo pudieron hablar con el festival que contrató a la cantante, el Voll-Damm festival Jazz Barcelona 2023. Lejos de solucionar la situación y conseguir que les rembolsaran el precio de las entradas, los organizadores les ofrecieron la posibilidad de acudir a otro concierto. Algo que no convenció ni a Diego ni a su pareja, que insistían en recuperar su dinero. Los responsables, lejos de ceder, se limpiaron las manos.
