Branding, o cómo hacer que la imagen de tu negocio se vea impulsada

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En el terreno del marketing, hay varios conceptos y términos que se usan constantemente y que, en ocasiones, pueden escaparse del conocimiento común. No todo el mundo es un experto marketero, pero sí que es aconsejable entender ciertos términos, ciertas palabras muy utilizadas en este ámbito. Principalmente, porque afectan directamente a los negocios y a las personas.

Uno de los conceptos con los que hay más confusión en este ámbito, e incluso fuera del mismo, es el de branding. Seguramente lo habrás oído en más de una ocasión, e incluso pensarás saber cuál es su significado. No obstante, si eres una persona que está al frente de un negocio, te interesa disipar cualquier tipo de duda respecto a él. Necesitas tenerlo muy claro para entenderlo y, sobre todo, para ser conscientes de las bondades que tiene cuando se aplica en una empresa.

Branding: todo lo que necesitas saber

A nivel teórico, el branding es todo lo que conlleva a la construcción de una marca. No es solo la imagen que esta tiene a nivel nacional, internacional o global, es algo que afecta directamente a su funcionamiento. Todo lo que da forma a un negocio es lo que da forma a su branding. Se podría decir que la marca es como una persona, y que el branding es todo lo que construye sus valores, su aspecto, lo que ella misma y el resto perciben de ella.

Como el interior y el envoltorio de un regalo, es fundamental que se construya sobre unos buenos cimientos, porque de ello dependerá el devenir del negocio. Tanto es así, que las compañías no dudan en acudir a una buena agencia de branding para potenciar su crecimiento. Si cuentas con un buen equipo a tu lado en esto, puedes tener por seguro que todo el mundo sabrá todo lo bueno que hace tu empresa y, sobre todo, por qué es tan diferente al resto de la competencia.

Porque, aunque el concepto de branding se usa para hablar de dicho proceso de construcción, su aplicación y su repercusión van más allá. De cara al público, cuando se habla de branding, también se habla de ese procedimiento a través del cual se trata de dar relevancia, de mostrar todas las cualidades que una empresa tiene. Solo así se puede transmitir el valor real y el valor añadido del servicio o productos que se brindan, solo así se puede mostrar la visión del negocio y aquello que lo hace especial.

¿Para qué sirve?

Una de las principales razones por las que se debe potenciar el branding en un negocio es el alcance. Cuanto más se desarrollen buenas estrategias de branding, más relevancia adquiere la empresa al acercarse a un público más grande, y más positiva es la imagen que la audiencia tiene del negocio. A fin de cuentas, su objetivo es ese.

Ayuda a reforzar la identidad y hace que tanto productos como servicios queden totalmente claros para el público. Todo el mundo sabrá no solo lo que hace tu empresa, sino también cómo lo hace y por qué es distinto, o mejor, de lo que hace y de cómo lo hace el resto. Esa es la clave, reforzar aquello que os hace especiales y dejarlo claro al mundo entero. Hacer que entiendan vuestra filosofía, que la conozcan y que sepan cómo la trasladáis a todo lo que hacéis.

De hecho, puede usarse incluso para dejar claro un cambio de rumbo. Si se busca cambiar de objetivo, lanzar algo diferente a lo habitual o, simplemente, cambiar la imagen, el branding vuelve a jugar un papel esencial. Ese anuncio de televisión, esa campaña de contenidos, hasta esos correos que se mandan a los clientes. Todo eso forma parte del branding y puede hacer que tu empresa muestre también cómo ha cambiado. Porque, a fin de cuentas, no es más que un espejo que refleja lo que define a una marca.

Todo esto, definitivamente, genera unos resultados muy interesantes. Aumenta la tasa de crecimiento de tu negocio, te permite captar mejor talento fácilmente, aumentar la rentabilidad del negocio, fidelizar a tu clientela en mayor cantidad, alcanzar nuevos mercados y hasta alcanzar un mayor valor de patrimonio o, sobre todo, destacar por encima de los competidores. En definitiva, es algo que no hace más que generar grandes ventajas para una marca, empresa o negocio.

¿Cómo se potencia?

Potenciar el branding es potenciar la marca. Para ello, se debe comenzar estableciendo una estrategia en la que quede muy claro qué hace que tu empresa, sus productos o sus servicios, sea tan especial. La mejor forma de conseguirlo es analizando el mercado y las tendencias que esté generando, después, la identidad, cultura y valores de tu empresa y, por último, las necesidades del público objetivo y de aquel que también pueda estar al alcance de lo que haces.

Con la estrategia definida, toda su estructura y planes deben trasladarse al negocio entero. No hay que olvidar que hablamos de algo que afecta a la identidad de la propia empresa y, como tal, debe verse reflejado en cada pequeño proceso, en cada persona que le da forma. Cada recurso interno debe amoldarse a esto, porque es fundamental para generar coherencia y para reforzar la imagen del negocio y de los valores que busca transmitir.

La mejor forma de conseguir esto es estableciendo una serie de pautas de comportamiento en toda la organización de la marca. Asimismo, se deben realizar inversiones periódicas y concretas para el negocio. El branding no es algo que se plante y se deje crecer solo, debe cuidarse continuamente, debe ser una tarea continua. Se debe interpretar como una carrera de fondo con una clara meta: el éxito.

La identidad corporativa, los contenidos que promueve tu marca, la comunicación con el público... Todo eso forma parte del branding y debe seguir un mismo patrón que refleje la filosofía de la marca. Y no es algo fácil, precisamente por eso es por lo que contar con profesionales en la materia siempre es bienvenido.

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