Ante la llegada del buen tiempo

Piojos: 3 falsos mitos y 5 claves para combatirlos

Consejos para eliminar los piojos
photo_camera Consejos para eliminar los piojos

Llega la temporada de calor, las actividades lúdicas, los campamentos, el intercambio de toallas y gorros… ¡Y los piojos no se quieren perder ningún plan! Aunque estos parásitos pueden pasearse a gusto por la cabeza de los niños durante todos los días del año, su época dorada coincide con la llegada del buen tiempo y el verano.

Bajo este contexto, Mar Santamaria, responsable de Atención Farmacéutica de PromoFarma by DocMorris, la parafarmacia online de referencia en el ámbito de la salud, la belleza y el cuidado personal, desmonta los 3 mitos más extendidos sobre estos insectos parasitarios, y descubre cómo actuar y cuáles son los remedios con base científica para eliminar estos odiosos inquilinos de cabecitas. ¡Y de una vez por todas!

Desmitificando mitos piojosos

1. Los piojos no vuelan, ni saltan de una cabeza a otra como si fueran pequeños saltamontes

Estos parásitos solo corretean, pican y se multiplican en la cabeza de su huésped (que no es poco). La transmisión de estos insectos parasitarios está condicionada a aspectos de conducta. Se transmiten por contacto cabeza con cabeza o a través de objetos que han estado en contacto directo con el pelo y el cuero cabelludo (peines, toallas, sábanas, gorritos y accesorios…). Es por eso por lo que los niños los tienen más a menudo: porque juegan y comparten. El contacto físico es la clave.

2. Los piojos no delatan suciedad o dejadez

A estas alturas, ya debería ser de dominio público, pero no está de más recordarlo: tener una infestación de piojos no significa que la higiene personalsea deficiente. Como veremos, los champús de uso habitual, no los eliminan. Por tanto, a pesar de seguir una correcta higiene capilar y corporal, podemos sufrir una infestación si entramos en contacto con ellos. Cierto grosor de fibra capilar puede favorecer que se agarren al pelo con más o menos facilidad. Eso sí: si detectamos su presencia, habrá que realizar el tratamiento pertinente para prevenir su propagación y avisar a contactos estrechos y al colegio. Pero sin ninguna vergüenza y “con la cabeza bien alta”.

3. Ante una infestación por piojos, hay que cortar por lo sano y pasar la afeitadora…

¡No! No se trata de eso. Por suerte, existen tratamientos eficaces y seguros para combatir piojos y liendres. Por un lado, el tratamiento físico que ya conocerás de pasar el peine o la lendrera (puede ser un tratamiento único o complementario, pero siempre imprescindible).

Por otro, disponemos de tratamientos tópicos o productos pediculicidas que aseguran su eliminación. Para ello hay que seguir las pautas del etiquetado del producto y consejos coadyuvantes. Con esto, vamos a acabar con ellos sin tener que recurrir a un cambio de look extremo. A continuación, explicamos cómo.

Consejos prácticos y pautas para combatir piojos y liendres

1. Si sospechas una infestación (porque avisan desde el cole o ves que el niño se rasca repetidamente la cabeza), haz una serie de comprobaciones: Observa bien la presencia de piojos adultos en el cuero cabelludo; y pasa minuciosamente una lendrera (mejor si es metálica), insistiendo detrás de las orejas y en la zona de la nuca, para ver la presencia de liendres (los huevos, unos pequeños puntos blancos amarillentos que se adhieren en el cabello, muy cerca del cuero cabelludo).

2. Si hay piojos y/o liendres: será el momento de informar y de pedir información: Informa a los contactos y al cole. Y pide información a un profesional de la salud sobre el tratamiento más adecuado*. Atención, ¡si no hallaste rastro de piojos, ni de liendres, no aplicar ningún tratamiento a modo preventivo! Puede dar origen a resistencias, al igual que ocurre con los antibióticos. Finalmente, revisa las cabezas de la unidad familiar. Si algún adulto está infestado, también deberá realizar el tratamiento, adaptado a su edad y situación.

3. A la hora de aplicar el tratamiento tópico pediculicida: ya sea en forma de loción o de crema (los champús no suelen ser tan eficaces porque tienen un menor tiempo de permanencia), asegúrate que sigues las instrucciones del producto al pie de la letra. Si no, su efectividad se reduce drásticamente. Normalmente, hay que hacer una reaplicación del producto al cabo de una semana. Si no, en caso de haber quedado alguna liendre despistada, dará lugar a un nuevo piojo coleando. Impregna bien todo el cuero y cabello con el producto de elección, e insiste detrás de orejas y en la nuca.

4. Una vez hemos realizado el tratamiento (respetando el tiempo de aplicación, con o sin enjuague, etc.) es el momento de utilizar la lendrera. Lo ideal es que el espacio entre púas sea igual o inferior a los 0,2mm. Suele ser la parte del tratamiento más laboriosa, pero tiene recompensa: asegura la eliminación de las liendres “despistadas” que decíamos que podían quedar bien pegaditas, eclosionar y volver a iniciar el ciclo de infestación. En niños pequeños puede llegar a ser un calvario: plantéalo como un juego o un momento de “masaje capilar”. 

Lo ideal es pasarla cada día, tras la aplicación del tratamiento tópico y en los días sucesivos (si resulta una tarea maratoniana, lo haremos en el momento del tratamiento pediculicida y, luego, cada 2 o 3 días). El cabello debe estar húmedoo humedecido con un acondicionador o loción sin aclarado y apta para la edad en cuestión. Iremos mechón a mechón, con mimo, desde bien a la raíz a las puntas. Si observas alguna partícula que queda retenida en el peine, retírala enseguida y limpia bien las púas. El proceso debería durar una media hora.

5. Cuando la “cabeza ya está limpia”, toca dedicarse a limpiar los objetos de uso cotidiano. Las sábanas, toallas, gorros y otros textiles pueden lavarse a 60ºC. Los peines, clips y ornamentos se pueden sumergir en la misma loción pediculicida para eliminar cualquier piojo despistado. Otros objetos como peluches y juguetes se pueden guardar unos días dentro de una bolsa de plástico bien cerrada. Para prevenir reinfestaciones, recuerda que existe otro tipo de producto muy útil: los repelentes. Suelen formularse a base de IR3535 o octanodiol. Valga la pena mencionar que el aceite de árbol de té, por sí solo, no es del todo eficaz (a no ser que se combine con otras sustancias).

¿Qué tratamientos existen actualmente?

En bebés menores de 6 meses, el tratamiento de elección siempre es pasar el peine o lendrera (es decir, únicamente el procedimiento físico de arrastre).

A partir de los 6 meses - 1 año (según el producto), se recomiendan los tratamientos tópicos a base de derivados de siliconas.

En niños a partir de los 2 años, el tratamiento habitual (y recomendado por la OMS) es la permetrina tópica al 1%. Aunque también se pueden emplear las siliconas (especialmente en personas con piel sensible, atópica y personas asmáticas; estas últimas, deben evitar las soluciones con alcohol). El octanodiol es un buen repelente que no requiere aclarado posterior.

En la prevención y tratamiento de la pediculosis, ¡la paciencia y el esmero en seguir las instrucciones del producto seleccionado son la clave para ganar la batalla contra los picores!

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