Menos hospitalizaciones gracias al sensor de glucosa que usan ya más de 75.000 diabéticos

El sensor SMCG mide el nivel de glucosa en sangre de forma constante y se puede monitorizar en el móvil
photo_camera El sensor SMCG mide el nivel de glucosa en sangre de forma constante y se puede monitorizar en el móvil

Madrid ha mejorado la medición de glucosa a más de 76.700 personas con diabetes a través de sensores que miden electrónicamente el nivel de glucosa en sangre y reportando los datos en el centro de salud a los médicos de Atención Primaria o facultativos del hospital, todo ello en función de cada cuadro médico.

La consejera de Sanidad, Fátima Matute, ha visitado hoy una consulta de Enfermería del Centro de Salud Las Margaritas de Getafe, en la que se monitoriza a estos pacientes. En lo que va de año, la sanidad pública madrileña ha invertido 16 millones de euros en estos sistemas de control continua de glucosa (SMCG).

Matute ha destacado que “los equipos de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid realizan seguimiento médico y enfermero a más de 425.000 personas con diabetes. Esta es la enfermedad endocrina de mayor incidencia entre la población, y la ayuda que presta la Administración autonómica es básica para muchos de ellos”, ha señalado.

La dispensación de estos medidores se inició en 2020 para los pacientes con diabetes tipo 1 y cuya prescripción corresponde al ámbito hospitalario (68.533 personas en el año 2024), y se completó en noviembre del año pasado con los de tipo 2 que cumplen unos criterios clínicos de cronicidad, sumándose en este caso otros 8.228.

El SMGC es un sensor, con un pequeño filamento, que se inserta en la piel de forma subcutánea y controla de forma continua, las 24 horas del día, el nivel de glucemia (glucosa en sangre), permitiendo que los usuarios puedan realizar un seguimiento de su patología a través de su teléfono móvil o un ordenador, ofreciéndoles mayor seguridad y calidad de vida.

Permite ajustar la administración de insulina de manera más precisa, por lo que es idóneo para aquellos que tienen un tratamiento muy complejo, que precisan múltiples dosis diarias y requieren en este tiempo al menos seis tomas de control de glucosa capilar mediante un pinchazo en el dedo.

Además, un sistema de alarmas avisa en caso de detectar una bajada o subida de azúcar (hipo e hiperglucemia, respectivamente) para que pueda regularse de una manera más cómoda. Esta monitorización se traduce en menos visitas a urgencias y hospitalizaciones por complicaciones crónicas.

Un circuito interno entre médicos de familia y profesionales de Enfermería lleva a cabo su prescripción a los pacientes que cumplen los requisitos necesarios y que participan en talleres de educación grupales para formarse en su uso. A partir de ahí, se efectúa su dispensación en la que se tiene en cuenta el anticipo de sensores extra para hacer frente a imprevistos, así como la recogida de los dispositivos usados.

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