Cuando el impulso de apostar adquiere mayor fuerza por encima de otras actividades diarias, ya sea con la familia o con el trabajo, la adicción al juego se convierte en un problema que afecta la vida personal desde diferentes aspectos. En ese punto, es necesario acudir cuanto antes a un profesional por ayuda a la ludopatía.
El tratamiento de ludopatía consiste, principalmente, en una terapia cognitiva conductual para disminuir el deseo de apostar y tener mayor control sobre la mente.
Es importante identificar los signos clásicos de esta enfermedad a tiempo, para evitar consecuencias desde el punto de vista económico, social y afectivo.
Cómo saber si alguien es ludópata: signos clásicos de la enfermedad del juego
La ludopatía o adicción al juego es un trastorno grave que afecta a personas de cualquier edad, raza o condición social. Cuando una persona se vuelve ludópata, realiza continuamente apuestas y siempre trata de ocultar su comportamiento: tal como lo hace un adicto a las drogas o al alcohol.
Los ludópatas suelen recurrir a lo que sea necesario para mantener su adicción.
Por eso, es fundamental conocer los signos clásicos de la enfermedad del juego para así ofrecer la ayuda oportuna.
Estos serían los principales síntomas y comportamientos que tiene un ludópata:
1. No puede parar de jugar
El ludópata es incapaz de detenerse una vez que empieza a apostar.
No tendrá reparos en pasar horas o días enteros en una mesa de juegos o en un casino, bien sea de forma presencial o virtual.
Es decir, no tiene la fuerza de voluntad para marcar límites en cuanto a los horarios que dedicará a las actividades de ocio.
2. Inquietud permanente por apostar
Otro de los síntomas de la ludopatía es que el adicto siempre estará preocupado y ansioso por ir a apostar. No le importarán otras actividades como el trabajo o la familia, ya que su prioridad será satisfacer su adicción.
Además, su concentración estará reducida puesto que su energía mental estará orientada solamente hacia las apuestas.
3. Irritabilidad
Los ludópatas desarrollan un estado de ánimo irritable, en donde cualquier cosa los altera con extremada facilidad.
De hecho, los jugadores compulsivos se molestan de nada e, incluso, se expresan con bastante agresividad.
Su mal humor es algo que siempre se refleja. Además, tienden a ser groseros y hasta pueden responder con agresiones físicas si se les llega a cuestionar lo que hacen o lo que apuestan.
4. Son mentirosos
La misma enfermedad lleva a los ludópatas a mentir de manera compulsiva. Esto lo hacen para tratar de ocultar la cantidad de dinero que malgastan o para evitar que sus familiares y amigos se enteren del tiempo que emplean en sus adicciones.
Es más, hacen de la mentira una forma de vida, que poco a poco les va robando su verdadera identidad.
5. Hacen lo que sea para conseguir el dinero de las apuestas
Este es uno de los síntomas más evidentes y que requiere ayuda inmediata en la ludopatía. Para el ludópata, no habrá límites a la hora de conseguir el dinero para las apuestas.
Lo más usual es que le pida dinero prestado a sus amigos y familiares, a los cuales después no les podrá pagar.
En los casos más graves, los enfermos ludópatas roban, se endeudan con personas peligrosas o hasta ponen en riesgo la vida de sus familiares.
Ya en este tipo de situaciones se habla de repercusiones legales y morales, el cual es un camino muy difícil de retornar.
6. Más apuestas
Un síntoma muy recurrente de la ludopatía es que el adicto intentará recuperar el dinero que pierde en las apuestas haciendo más apuestas.
Esto lo hace caer en un círculo vicioso que le genera más perdidas y que, inclusive, lo puede llevar a la bancarrota.
7. Buscará la privacidad en sus dispositivos personales
El ludópata se mostrará exageradamente aislado, sobre todo, al momento de manipular su teléfono móvil o cualquier dispositivo de comunicación remota.
Esta es una clara señal de que está apostando online o que no quiere que sus familiares se enteren de las deudas que ha acumulado.
8. Negación
Un adicto al juego siempre negará que lo sea. Por eso, preguntárselo directamente no dará buenos resultados. Al contrario, puede desencadenar la irritabilidad y la ira del ludópata.
En este caso, lo mejor es apoyarse con un experto en psicología, el cual está capacitado para indicar cuál es el camino a seguir para tratar la enfermedad.
9. Disminución en el rendimiento sexual
Debido al hecho de que el ludópata pierde todo interés por la vida, su apetito sexual también se verá drásticamente afectado.
Tener una relación de pareja no le llamará para nada la atención, ya que su concentración estará enfocada únicamente en encontrar la forma de ganar las apuestas que hace diariamente.
10. No rinde en otras actividades
Por la gran desmotivación que presenta hacia las cosas cotidianas de la vida, el ludópata va a mostrar poco o ningún rendimiento en su trabajo.
Además, no se involucrará en actividades familiares ni tampoco querrá andar con amigos que no compartan su patrón de adicciones.
11. El juego pierde diversión y se convierte en obsesión
Todos los ludópatas pasarán el día pensando obsesivamente en los resultados de las competencias y los juegos.
Van a pensar solo en la apuesta de una forma extrema, restándole atención a todo lo que los rodea.
12. Tendencias suicidas
Si la ludopatía no se trata a tiempo, el suicidio puede llegar a ser uno de los últimos escalones donde termine la persona adicta al juego.
Es probable que en esta etapa ya el adicto haya acumulado muchas deudas, así como fuertes problemas familiares, que lo hayan llevado a la desesperación y a tratar de quitarse la vida.
Conclusiones
Por fortuna, en la actualidad la ludopatía tiene solución. Existen distintos tratamientos y terapias para que el afectado supere la adicción de forma progresiva y permanente.
Eso sí, es un trabajo riguroso en donde la disciplina, la constancia, la voluntad y el apoyo familiar serán determinantes.
Al observar cualquiera de los síntomas de la ludopatía, será fundamental recurrir a un centro especializado para encontrar algunas recomendaciones y sugerencias.
Además, es importante que el ludópata aprenda a desarrollar el autocontrol y que sea muy honesto, ya que solo así y con mucho apoyo familiar podrá rehabilitarse por completo.