Unas gafas de sol son unas gafas a menudo coloreadas u oscurecidas para proteger a los ojos de la luz directa y molesta. Se trata de un artículo muy usado en estos días de verano, tanto por estética como por comodidad y necesidad visual.
9/06/2014 | Rosa Luján
Las monturas de las gafas de sol generalmente están fabricadas con metal o con un material sintético, como el plástico o el nylon. Las lentes suelen tener distintos niveles de bloqueo a los rayos ultravioleta (UV).
Se sugiere el empleo frecuente de gafas de sol de buena calidad, que se ajusten al rostro de modo que protejan de los rayos que provengan del frente y de los laterales, filtrando adecuadamente los rayos UV que pueden tener efectos nocivos sobre la salud ocular.
Las gafas de sol pueden ser consideradas de tres tipos:
Gafas de sol cosméticas
No ofrecen una protección significativa contra el sol y se usan como accesorios de moda.
Gafas de sol de propósito general
Para reducir el deslumbramiento de la luz brillante.
Gafas de sol especiales
Para actividades como el esquí o para personas muy sensibles al deslumbramiento.
Necesidad de protección
Una exposición excesiva a la radiación ultravioleta puede causar problemas oculares a corto y a largo plazo, entre otros fotoqueratitis, ceguera de la nieve, cataratas y varios cánceres oculares.
Hay que tener especial cuidado con los niños menores de 12 años, ya que hasta esa edad el cristalino es especialmente transparente, lo que favorece la absorción de radiaciones UV.
No hay correlación demostrada entre altos precios y aumento de la protección sobre radiación UV . Un color de lente muy oscuro no garantiza automáticamente que filtre correctamente la luz UV. En caso de no hacerlo, se da una circunstancia especialmente peligrosa, pues la pupila dilatada al no recibir tanta luz visible recibirá aún más radiación UV. En resumen, el uso de gafas de sol que no filtren los rayos UV adecuadamente puede ser más peligroso que no usar gafas de sol.
En el caso de la visión de eclipses solares, las autoridades sanitarias advierten que la protección de las gafas de sol es insuficiente para la visión directa de los mismos.
El color del lente
El color del lente puede variar con la moda, pero aun así hay una serie de colores recomendados para usos generales y otros para usos específicos.
Para usos generales se recomienda el verde, gris o marrón. Estos minimizan distorsiones del color que serían peligrosas en ciertas actividades como la conducción de un coche:
- Las lentes grises se consideran neutras ya que no alteran ni el contraste ni los colores. Especialmente recomendadas para conducir.
- Las lentes verdes o marrones pueden causar una mínima distorsión del color y aumentan el contraste. Especialmente recomendadas para deportes al aire libre.
Por su distorsión de los colores, quedan relegadas a usos específicos:
- Las lentes rojas, buenas para condiciones de media o poca iluminación, ya que aumentan el contraste.
- Las lentes naranjas y amarillas son las mejores aumentando el contraste en la percepción de la profundidad en días nubosos. Por ello son usadas por golfistas y cazadores.
- Las lentes azules o violetas, que no presentan beneficios reales. Su uso es meramente estético.
Lentes polarizadas
La luz del sol no llega al ojo a través de una línea recta, sino desde todas las direcciones posibles. Se vuelve particularmente “desagradable” cuando se refleja en superficies planas, pues nos ocasiona fatiga visual y deslumbramientos; básicamente es un exceso de luz que quita visibilidad.
Una lente polarizada es una especie de filtro vertical que bloquea la luz del sol que llega a los ojos de forma horizontal, como por ejemplo la que se refleja en el mar, nieve, carretera y asfalto, y permite el paso a la luz vertical que se puede aprovechar para ver claramente.
Si las lentes son polarizadas, al contraponer dos de ellas no permitirán el paso de la luz.