La quiropraxia es el tratamiento más eficaz para el lumbago
El lumbago o lumbalgia es una molestia que afecta a cada vez más personas, pero que puede solucionarse de forma efectiva con tratamiento quiropráctico, siempre que sea llevado a cabo por un profesional cualificado
La quiropraxia consiste en la inspección y detección de problemas mecánicos en los músculos y huesos, así como en su tratamiento para aliviar dichas molestias. El lumbago, al manifestarse con dolor en distintos puntos de la zona lumbar, como los riñones, la pelvis o la parte inferior de la espalda, se puede solucionar con un tratamiento quiropráctico efectivo.
El lumbago puede darse en diferentes zonas del cuerpo, cercanas al foco del dolor. Se origina a partir de un mal movimiento o postura, que estira los tejidos más blandos de la zona y desplaza alguna articulación. El origen, por tanto, puede estar en la pelvis, las vértebras lumbares o el pinzamiento de algún nervio próximo.
El dolor lumbar es cada vez más común. La Organización Mundial de la Salud estima que el 80% de la población adulta padecerá estas molestias en algún momento de su vida. Por ello, la preocupación por la dolencia lleva a los afectados a buscar soluciones muy diversas.
El tratamiento para el lumbago que utilizan los especialistas quiroprácticos ha demostrado ser más eficaz, rápido y económico que el farmacéutico, la medicina convencional o las complicadas cirugías o rehabilitaciones. Si los tratamientos sintomáticos intentan enmascarar las dolencias, la quiropráctica busca corregir la causa que las provoca, pues el dolor es una señal de que algo no funciona correctamente.
Los remedios puntuales contra la lumbalgia, como puede ser la medicación, no frenan el desgaste muscular y pueden degenerar en artritis y hernias discales que se podrían evitar con un tratamiento quiropráctico que, de manera natural, frene el problema de raíz.
Un especialista en quiropráctica, como apunta el doctor James Birdseye, de Gonstead Centro Quiropráctico Alicante, debe realizar un examen para diagnosticar una disfunción músculo esquelética antes de proceder a la manipulación de las vértebras, con la que se pueden recolocar los huesos o liberar los nervios de pinzamientos. De este modo se eliminan todos los puntos que ocasionaban dolencias al paciente, aunque se recomienda, en casos extremos, seguir con ejercicios posteriores.