Según un informe emitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo de tabaco es un factor de riesgo importante para el desarrollo del Alzheimer en la persona. Los datos facilitados por este organismo internacional, indican que el tabaco podría estar detrás de hasta el 14 por ciento de los casos de Alzheimer.
10/07/2014 | Ep
Este organismo de Naciones Unidas ha publicado este pasado miércoles el primero de una serie de documentos que alertan de los riesgos para la salud del tabaco, a fin de resumir la evidencia científica que hay actualmente sobre este tema.
Este informe, puntualiza en el hecho de que los efectos nocivos del tabaco no solo se centran en los ya conocidos riesgos cardiovasculares y coronarios. Si no que también aclara que fumar aumenta los niveles de homocisteína plasmática, un factor de riesgo que también está relacionado con varios tipos de demencia.
Asimismo, acelera la aparición de arterioesclerosis, un endurecimiento de los vasos sanguíneos del corazón y cerebro que puede privar a las neuronas del oxígeno que necesitan; y también puede causar estrés oxidativo, que conduce a la muerte neuronal y se asocia a una peor respuesta inflamatoria que también se da en pacientes con Alzheimer.
Pero la relación entre el tabaco y el Alzheimer no solo afecta a los fumadores, apunta la OMS, ya que la exposición al humo del tabaco de segunda mano, lo que se conoce como tabaquismo pasivo, puede aumentar hasta un 78 por ciento el riesgo de demencia, especialmente cuando la exposición se produce en el domicilio.
Este informe, señala como especialmente nocivo y perjudicial el llamado tabaco masticable, que contiene más de 2000 sustancias químicas incluida la nicotina.
La propia OMS puntualiza al respecto, "como no hay tratamientos disponibles en la actualidad para curar o alterar el curso progresivo de la demencia, es esencial identificar los factores de riesgo modificables para la reducción de la aparición de la enfermedad, retrasar su aparición o reducir su carga".
Para la OMS, hay estudios que han demostrado que dejar de fumar reduce el riesgo de desarrollar Alzheimer. El propio organismo señala al respecto, "como no hay tratamientos disponibles en la actualidad para curar o alterar el curso progresivo de la demencia, es esencial identificar los factores de riesgo modificables para la reducción de la aparición de la enfermedad, retrasar su aparición o reducir su carga".