Si nos dijeran que vamos a ser tratados con dinafem en vez de con analgésicos o antihistamínicos, muchos no sabríamos de qué nos están hablando. Y si nuestro médico nos dijera que se trata de una variedad de marihuana, seguramente nos costaría mucho confiar en que los efectos secundarios o asociados a su consumo no son más perjudiciales que sus ventajas.
Todos hemos leído artículos basados en estudios que defienden la enorme utilidad que tienen algunos componentes químicos de la marihuana en el tratamiento de algunas enfermedades, entre otras, determinadas formas agresivas de epilepsia, fibromialgia o glaucoma.
Pero también estamos enterados de las propiedades psicoactivas de componentes como el THC, culpable de los efectos indeseados del consumo terapéutico de esta sustancia: pérdida de memoria, alteración de los sentidos, fatiga, etc.
Pues bien, unos científicos españoles han logrado aislar las propiedades beneficiosas del principal componente psicoactivo del cannabis, el ya nombrado THC. Este componente ha sido asociado incluso a la reducción de tumores, pero suele mirarse con lupa por esos efectos adversos, sobre todo cuando se administra a largo plazo.
Este estudio ha sido realizado con ratones, por lo que los investigadores piden cautela, pero creen que “puede ayudar a que el uso terapéutico del THC sea más aceptado".
Estudios como este no solo son un una puerta abierta a la esperanza para muchos enfermos. También deberían hacernos pensar cuando hablamos sobre el tema de la legalización de la marihuana, y cuando reflexionamos sobre nuestros propios prejuicios. Quizás el uso recreativo de esta sustancia (uso ya legal en muchos territorios de Europa, América Latina y EEUU) no deba eclipsar los usos de una planta que ha demostrado sobradamente su versatilidad.
La alegalidad en la que se encuentra esta sustancia solo dispara la vulnerabilidad de sus usuarios y no beneficia a nadie. Este tipo de investigaciones son un paso en la dirección correcta.