¿Cómo detectar la violencia obstétrica?

Entendemos por violencia obstétrica el hecho de convertir en patológico, por vía de acción u omisión, la situación de embarazo de la mujer, el parto o el post-parto.

Se considera una versión de la violencia contra la mujer, si bien tiene diversas características distintivas.

1. Ámbito: En sentido espacial, es una violencia que suele desarrollarse en centros sanitarios o similares. En sentido temporal, suele circunscribirse a la duración del embarazo, el parto y el post-parto, pero ocasionalmente también pueden ser víctimas de esta violencia mujeres que desean quedarse embarazadas o llevan a cabo tratamientos de fertilidad.

2. Agentes pasivos: Tanto la mujer embarazada como el feto son las víctimas de este tipo de violencia. Con menos frecuencia, también pueden ser víctimas el bebé durante el parto o la mujer que busca un embarazo.

3. Agentes activos: Los más característicos son los profesionales sanitarios que atienden a la mujer durante todo el proceso de la gestación, parto y post-parto incluidos. Pero ocasionalmente puede haber agresiones perpetradas por personas no pertenecientes a colectivos sanitarios que escogen a la mujer como víctima por su condición de embarazada, si bien las agresiones de estos sujetos suelen ser verbales.

4. Distinción esencial con respecto a la violencia general contra la mujer:Como es obvio, la situación de embarazo de la víctima. Además de la consideración sexista de la mujer en un plano de inferioridad, concurre una visión de mayor vulnerabilidad de la mujer por causa de su embarazo.

5. Acciones típicas: Son llevadas a cabo en las revisiones ginecológicas y obstétricas, así como durante el parto, y se caracterizan por poner en peligro la salud tanto como de la madre como del bebé. Algunas pueden provocar graves secuelas como la terrible maniobra de Kristeller. Pero otras son menos dañinas, como las cesáreas no imprescindibles.

6. Menor repercusión social: Al realizarse, por lo general, en un ámbito muy concreto y que se considera especializado, hay mucha gente que ni siquiera ha oído hablar de este tipo de violencia. Este hecho complica la lucha por eliminar este tipo de maltrato, pues una menor visibilidad debilita la reacción social contra esta violencia.

7. Causas específicas: Obviamente existe una causa general que sobrevuela todo tipo de violencia contra la mujer, que es el sexismo en sus distintas manifestaciones. Pero en el caso de la violencia obstétrica también se da una mayor vulnerabilidad de la víctima por su condición de embarazada.
  • En el caso de la violencia ejercida en ámbitos sanitarios por profesionales de la salud, muchos estudiosos apuntan al hecho de que los sistemas sanitarios tienden a tratar a los pacientes de manera homogénea y rutinaria para ahorrar costes y simplificar el trabajo. Los pacientes quedan reducidos a números y estadísticas sin que se atiendan sus necesidades específicas.
  • Este es un aspecto polémico y muy rechazado por los profesionales sanitarios, que reconocen que puede haber casos aislados de violencia obstétrica pero rechazan que se den situaciones de este tipo por defecto.

8. Violencia por omisión: La ausencia de información a la embarazada también es una de las manifestaciones de este maltrato. Mantener a la mujer sin el conocimiento necesario acerca de las intervenciones sobre su cuerpo, las posibles complicaciones, le impide dar un consentimiento informado y puede llevarle a escoger en su propio perjuicio.

El conocimiento de los elementos distintivos de este tipo de violencia contra la mujer es imprescindible para poder detectarla, hacerla más visible y poner los medios adecuados para combatirla.

María José Madarnás | maternidadfacil.com