El calentamiento global incrementa mínimamente la duración de los días y altera el eje de rotación de la Tierra. Esa es la conclusión de sendos estudios dirigidos por investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH, en alemán) con el apoyo de la NASA y publicados en las revistas Nature Geoscience y Proceedings of the National Academy of Sciences.
El cambio climático está provocando el derretimiento de las masas de hielo de Groenlandia y la Antártida. El agua de las regiones polares fluye hacia los océanos del mundo, especialmente hacia la región ecuatorial.
"Esto significa que se está produciendo un cambio de masa que afecta a la rotación de la Tierra", explica Benedikt Soja, catedrático de Geodesia Espacial en el Departamento de Ingeniería Civil, Ambiental y Geomática de ETH Zúrich. Además, subraya: "Es como cuando un patinador artístico hace una pirueta, primero con los brazos pegados al cuerpo y luego estirándolos".
Los investigadores demuestran que el cambio climático también aumenta la duración del día en unos 1,3 milisegundos más al año desde 2000 (por una tasa de incremento de entre 0,3 y 1,0 durante el siglo XX). Esto se debe a que el agua fluye desde los polos hacia latitudes más bajas, lo que ralentiza la velocidad de rotación.
Otra causa de esta ralentización es la fricción de las mareas, que se produce por la acción de la Luna. Sin embargo, el nuevo estudio concluye que la emisión de más gases de efecto invernadero y el consiguiente calentamiento de la Tierra influye en la velocidad de rotación del planeta.
Los cambios de masa en la superficie y en el interior de la Tierra provocados por el derretimiento del hielo no solo modifican la velocidad de rotación de la Tierra y la duración del día, sino que, como muestran los investigadores en Nature Geoscience, también modifican el eje de rotación.
Esto significa que se mueven los puntos en los que el eje de rotación se encuentra con la superficie de la Tierra. Los investigadores pueden observar este movimiento polar, que, en un periodo de tiempo más largo, alcanza unos 10 metros cada 100 años. En las profundidades del manto terrestre, donde la roca se vuelve viscosa debido a la alta presión, se producen desplazamientos durante largos periodos de tiempo.
"Aunque la rotación de la Tierra cambia muy lentamente, este efecto debe tenerse en cuenta en la navegación espacial, por ejemplo, cuando se envía una sonda espacial a otro planeta. Una pequeña desviación de tan solo un centímetro en la Tierra puede llegar a ser de cientos de metros en las enormes distancias involucradas. De lo contrario, no sería posible aterrizar en un cráter específico en Marte", concluye Soja.