Microsoft sella la compra de Activision Blizzard, la que es la mayor operación corporativa del sector de la tecnología de consumo de las dos últimas décadas. El gigante de la tecnología incorpora a su grupo el desarrollador de Call of Duty o Candy Crush por 69.000 millones de dólares (65.641 millones de euros).
Ello, después de casi dos años de espera y de haber recibido el visto bueno definitivo de los reguladores de Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea.
Fue el organismo británico de la competencia el que amenazó con no aprobar la operación, que finalmente si saldrá adelante y dará lugar a la mayor operación corporativa de la industria del videojuego.
Así, Microsoft escala de la quinta a la tercera posición del ranking mundial del sector, por detrás de Tencent Holdings y Sony Group. El fabricante de software está a punto de cerrar la operación tras introducir modificaciones en su acuerdo de fusión para convencer a las autoridades británicas.
La Comisión Federal de Comercio de EEUU (FTC, en sus siglas en inglés), que perdió un intento de bloquear la operación en los tribunales, sigue adelante con las acciones legales en su propia instancia administrativa.
De prosperar, se podría obligar a las dos empresas a deshacer el acuerdo, aunque cabe recordar que a la FTC ya le fue denegada la apelación para bloquear la compra el pasado julio.
Ahora la Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido ha aprobado el acuerdo tras aceptar un plan de reestructuración que incluía la venta de algunos derechos de juego al editor francés Ubisoft Entertainment.
Al regulador británico le preocupaba preservar la libre competencia en el incipiente mercado de los juegos en streaming a través de la nube, mientras se configura y generaliza el metaverso.