Esta semana, el cohete Vulcan Cantaur de la empresa aeroespacial United Launch Alliance despegó desde la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral (Florida, Estados Unidos) con el módulo de aterrizaje lunar Peregrine para regresar a la Luna tras más de 50 años del último aterrizaje de Estados Unidos.
Como parte del programa Commercial Lunar Payload Services de la NASA, esta hazaña de Astrobotic Technology estaba prevista para que fuera el primer lanzamiento robótico comercial a la superficie del satélite, pero desafortunadamente, varios problemas de suministro energético y una avalancha de helio a alta presión impidieron que Peregrine pudiese llegar a su destino.
Tras este intento fallido por parte del país estadounidense, China no se queda atrás y ha decidido continuar con su misión para pisar la superficie lunar este año, por consiguiente, tiene previsto lanzar la sonda lunar Chang'e 6 en el primer semestre de 2024 para traer las primeras muestras de la cara oculta de la Luna.
Así lo concretó este miércoles la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA, por sus siglas en inglés), que anunció que los componentes de la sonda lunar Chang'e 6 fueron transportados al sitio de lanzamiento de naves espaciales Wenchan (en la isla de Hainan, China) para llevar a cabo las pruebas previas al lanzamiento.
Además, una vez realizadas, el país chino lanzará un orbitador, un alunizador, un ascensor, un módulo de reentrada y, lo más importante, el satélite de retransmisión Queqiao 2 para garantizar una transmisión de datos eficientes entre la sonda Chang'e 6 y la Tierra.
La sonda lunar Chang'e 6 está diseñada para proporcionar material de una nueva área de la Luna, la cuenca SPA, que habría sido excavada en las profundidades por un impactador para proporcionar información sin precedentes sobre la historia temprana y la evolución del satélite de la Tierra.
Además, cuando sea enviada a la Luna, Chang'e-6 recogerá muestras de la cara oculta y un vehículo de ascenso despegará desde lo alto del módulo de aterrizaje para acoplarse con el módulo de servicio. Y, después, regresarán a la Tierra para entregarlas de manera segura.
En caso de que la misión tenga éxito, será la primera vez que se obtengan muestras de la cara oculta, lo que podría revelar información valiosa sobre la historia lunar.