Cuando sufrimos una emergencia en una carretera debemos saber actuar correctamente. El no hacerlo, puede suponer que un conductor que no nos vea se eche encima de nosotros y nos pueda atropellar si estamos fuera del vehículo o incluso golpearse con nuestro propio coche, con el consiguiente riesgo.
Lo primero es intentar sacar el vehículo fuera de la calzada y del arcén siempre que sea posible. Si no lo fuera pues, dejarlo en el arcén derecho no estaría mal del todo. Debemos encender las luces de emergencia; si fuera de noche se deben mantener además de estas luces, el alumbrado de posición.
Antes de salir del vehículo debemos ponernos el chaleco reflectante para que al salir ya me vean los vehículos que se acerquen y no me atropellen.
Para colocar correctamente los triángulos de emergencia se deben colocar paralelos al borde de la calzada. En las vías de doble sentido de circulación, de 2 o 3 carriles, hay que colocar dos triángulos, uno por delante y otro por detrás, para que nos vean los vehículos que circulen en mi sentido y en el contrario.
En las calzadas de doble sentido pero con cuatro carriles o más o en las calzadas de sentido único (autopistas y autovías generalmente) sólo se coloca un triángulo por detrás.
La distancia a la que se deben dejar es a 50 metros del vehículo, para que el triangulo sea visible a 100 metros. Por tanto, si en una curva tenemos una emergencia, no lo debemos dejar a 50 metros, lo dejaremos más lejos para que pueda ser visible a 100 metros.
Un vehículo que circula a 120 km/h, recorre unos 113 metros desde que ve el peligro hasta que reacciona y frena. Por eso es tan importante colocarlos bien.