Tuenti M. Estudiantes – Baloncesto Fuenlabrada: La permanencia pasa por ganar “El derbi de los pobres”

La probable victoria del Manresa ante el Valladolid apretará aún más la zona baja de la clasificación.  Estudiantiles y fuenlabreños necesitan ganar un derbi que estará marcado por las necesidades y por los reencuentros entre ex de ambos equipos.

La semana pasada el River Andorra culminó su ascenso a la Liga Endesa. Ascenso deportivo concretamente, porque a día de hoy sigue siendo una incógnita si podrá afrontar las condiciones económicas que impone la máxima competición del baloncesto nacional. Lo consiga o no, la sombra del descenso sigue siendo muy alargada para los equipos de la zona baja de la liga. Quedan 11 jornadas y salvo el defenestrado Valladolid, el resto aún está por decidir, con  Manresa, Murcia y Estudiantes como máximos favoritos a acompañar a los de Ricard Casas. Precisamente Manresa y Valladolid se enfrentan entre sí con los catalanes obligados a sumar un nuevo triunfo, el octavo del año, que le permitiría superar al Estudiantes y quedarse a uno del Baloncesto Fuenlabrada.

Y es que la hipotética victoria del Manresa aumentará directamente la tensión que se vivirá mañana (18:30, Palacios de los Deportes) en el otro derbi madrileño, el de los pobres, que disputarán el Tuenti Móvil Estudiantes y el Baloncesto Fuenlabrada. Los estudiantiles  han perdido sus dos últimos encuentros de forma muy ajustada ante Laboral Kutxa y Murcia, respectivamente.  Dolorosa esta última, ante un rival directo y por apenas un punto (85-84). No llega bien en cuanto a resultados pero sí en cuanto a juego, donde están viendo aro con facilidad. De hecho, ha sumado 84 o más puntos en seis de sus últimos siete partidos. A ello ha ayudado la llegada de Fede Van Lacke, cuya entrega y garra ha inyectado de moral a un equipo adormecido y que, por momentos, ha pecado de ser demasiado blando.

Ahora el Estu es otro, más complicado de ganar pero que esta semana notará la baja de Dejan Ivanov, que tiene una fractura en el pulgar. Marko Banic y Guille Rubio serán los encargados de hacer olvidar al que estaba siendo el jugador más peligroso de los colegiales esta temporada.  Junto a ellos la referencia interior será Uros Slokar, que llegó con la temporada empezada y está alternando partidos muy buenos con otros más grises.  Por fuera, los de Luis Casimiro deberán estar atentos al trío formado por Quino Colom, Xavi Rabaseda y Andrés Miso. Los tres pasaron por el conjunto fuenlabreño, destacando el base andorrano,  que llegó a estar cuatro años. Ninguno de ellos ha llegado a superar el nivel que mostraron en Fuenlabrada. Sobre todo Rabaseda, que estuvo a un paso de volver a Fuenlabrada esta temporada pero que finalmente se decantó por el Estu, rindiendo bien en defensa pero sin mucho acierto en ataque. El que sí está aportando en las últimas jornadas es Kyle Kuric. El norteamericano está viendo aro en las últimas jornadas y se antoja como el jugador a seguir sin la presencia de Ivanov.

De él se ocupará un James Feldeine en estado de gracia. Anota, rebotea, asiste, roba y lo que haga falta. Además, desde la llegada de Casimiro, también empieza a rendir a buen nivel.  Lo mismo le pasa a su compatriota Eloy Vargas. Casimiro ha decido jugar con dos pívots puros, Arnold y Vargas, lo que beneficia al dominicano, que cuenta con más minutos y confianza, lo que se traduce en una gran mejora en su juego con respecto a la etapa de Chus Mateo. El que está saliendo perjudicado con el cambio de entrenador es Andy Panko. La zona fuenlabreña era un auténtico coladero y Panko, que no es un gran defensor, ha pasado a jugar de tres. Sigue anotando pero sin la facilidad de antes. El cambio de posición, el esfuerzo que le exige Casimiro en defensa y la acumulación de minutos le están pasando factura. Pero su bajón coincide con la subida de un Carlos Cabezas al que la canasta milagrosa ante Obradoiro le vendrá muy bien a nivel anímico tras una temporada extraña para el base andaluz. A nivel global ha sido muy irregular, hasta el punto de que Dani Pérez le quitó los minutos en los últimos partidos con Chus Mateo. Ahora vuelve a ser decisivo, siendo uno de los grandes artífices de la mejoría del equipo.

El derbi se presenta como una gran oportunidad para dejar a un rival por la permanencia como al Estudiantes a tres victorias con diez jornadas por jugar. Para ello deberán ganar a un club que aprieta como pocos en los momentos complicados. Casimiro lo sabe bien, que entrenó dos años allí.