El MONTAKIT Fuenlabrada pierde ante Murcia pero gana una plaza para los Playoff (61-73)

El conjunto fuenlabreño cae en la última jornada de la liga regular, pero la derrota de Bilbao le clasifica para la lucha por el título, donde se enfrentará al Barça. Precioso ambiente en un Fernando Martín que estalló de alegría tras enterarse del estratosférico triple de Joan Sastre que les daba la octava posición en la clasificación

Nunca una derrota supo tan bién. Éste podría ser el resumen de lo que hoy ha ocurrido en el Fernando Martín. Un pabellón que esta mañana ha sido como una montaña rusa, con momentos de emoción, tensión, decepción y, finalmente, de una euforia desatada como pocas veces entre una afición, la del MONTAKIT Fuenlabrada, que ha saboreado el lado más dulce y afortunado de este maravilloso deporte.

La derrota sufrida ante el UCAM Murcia por 61-73 ha sido tan merecida como la posterior clasificación del conjunto entrenado por Jota Cuspinera para los playoff. Aunque para celebrar semejante logro jugadores, cuerpo técnico y aficionados tuvieron que esperar varios minutos, los que pasaron desde la victoria murciana hasta el estratosférico triple en Bilbao de Joan Sastre, desde hoy hijo adoptivo de una ciudad que puede decir que tiene un equipo de baloncesto entre los ocho mejores de la mejor liga de Europa.

El ruido ensordecedor que invadió el Fernando Martín durante todo el choque, con las dos aficiones celebrando cada canasta como si fuese la última, demostró desde el primer minuto que éste no iba a ser un partido cualquiera.

Aunque lo cierto es que, de primeras, canastas hubo pocas. Así lo indica el 15-16 con el que acabó el primer cuarto, marcado por las numerosas imprecisiones de ambos conjuntos, que protagonizaron un arranque de partido propio de patio de colegio.

Aun así, la falta de juego se vio claramente compensada por la intensidad y el ritmo frenético que propusieron fuenlabreños y murcianos, lo que unido a la igualdad en el marcador y a lo mucho que había en juego, dieron lugar a un partido de lo más entretenido.

El más importante de todos estos factores, el de la igualdad, desapareció en el segundo cuarto. Nueve puntos casi seguidos de Álex Urtasun dieron al Fuenlabrada su primera ventaja por encima de los tres puntos (26-22), pero ésta fue un simple espejismo. La intensidad en ambas canastas de Sadiel Rojas, el desacierto local y, sobre todo, la clase de Facundo Campazzo en la dirección de juego, provocaron que Murcia rompiera el partido a partir del minuto 15. Un parcial de 4-24 dio lugar a que los de Katsikaris se fueran al descanso con 16 puntos de ventaja (30-46). Aunque lo más preocupante era el bloqueo que tenían encima los de Jota Cuspinera.

Los tiros liberados no entraban, el acierto exterior era inexistente (5/20 triples al descanso), las estrellas locales no aparecían y, además, Murcia bordaba la perfección en las transiciones defensa-ataque, a la vez que no dejaba correr a su rival, sobre todo a un Popovic tan precipitado como bien marcado. Lo único positivo a lo que podía agarrarse la afición local era a que todavía quedaban 20 minutos y, especialmente, a la capacidad para remontar partidos que el MONTAKIT ha demostrado a lo largo de la temporada.

Sin embargo, tal remontada no llegó a producirse, aunque viendo lo que sucedería después, poco importó. Un inicio arrollador de la segunda mitad o alguna acción de mérito que enchufara aún más a la grada, hubieran ayudado enormemente a darle la vuelta al marcador. Pero nada, de eso. La reanudación fue más bien fría, con el Fuenlabrada mejorando en defensa pero sin dar motivos para el optimismo en ataque. Al menos hasta que en la recta final del tercer cuarto apareció Oliver Stevic, el mejor hoy del Fuenlabrada con 12 puntos y 10 rebotes y encargado de que su equipo llegara al último parcial por debajo de la barrera psicológica de los 10 puntos (49-58).

Un triple de Uriz dio comienzo a la recta final del choque. El Fernando Martín apretaba como nunca, mientras que Murcia sufría una pájara que le llevó a estar más de tres minutos sin anotar. Para su suerte, el Fuenlabrada tampoco anotó en ese tiempo, evidenciando una vez más que hoy le ha faltado mucha calma a su juego. Así, Cabezas y Campazzo volvían a poner la diferencia por encima de los dos dígitos, y el encuentro parecía visto para sentencia. Urtasun no se dio por vencido y acercó a los suyos a seis, pero un triple de Wood a poco más de un minuto para el final fue la estocada definitiva para un Fuenlabrada al que solo le quedaba esperar un milagro.

Larga espera hasta la fiesta final

Y sí, el milagro se produjo. Mientras los murcianos presentes en el Fernando Martín celebraban su clasificación para los playoff, el resto del pabellón vivía pendiente de lo que ocurría en Bilbao. Apenas fueron unos pocos minutos, pero se hicieron eternos hasta conocer que el estratosférico triple de Joan Sastre clasificaba automáticamente al MONTAKIT Fuenlabrada para la lucha por el título.

Todo el pabellón entró en júbilo, sonando una vez más Mi gran noche, de Raphael. Los jugadores, que se marcharon a vestuarios cabizbajos por la derrota, regresaron a los pocos minutos con una sonrisa en la cara, sobre todo Marko Popovic, que se llevaba las manos a la cabeza, no dando crédito a lo que acababa de ocurrir. Mientras, en la grada, el hermanamiento entre murcianos y fuenlabreños era total, protagonizando una bonita imagen como colofón a un día que tardarán mucho en olvidar los aficionados de un MONTAKIT Fuenlabrada que hoy, ya sí, puede decir que es equipo de playoff a todos los efectos.