Messi no está, Messi se fue

Definitivamente, Messi deja el Barça pese a que ambos querían seguir unidos. La economía ha podido con el amor

Este artículo es de opinión, dicho queda. Leo Messi ya no va a volver a ser jugador del F.C. Barcelona. No lo era desde que acabó su contrato, pero la esperanza de todos era que firmara el nuevo y terminara su carrera como one club man en el Camp Nou. La esperanza de Leo, de Laporta, de los culés...de todo el mundo. Pero la fe ha estado muy por encima de los actos. 

Sí, Leo quería quedarse y el club que se quedara. Llegaron a un acuerdo, y eso es todo lo que se hizo para arreglar la situación. El contexto económico del club fue devorado por la fe. Las líneas a seguir eran claras: sin vender a Griezmann, Dembele o Coutinho, y sin bajar más los salarios de la plantilla, era imposible que Messi pudiera firmar. Lo sabían desde hace meses, pero hemos llegado a la semana previa del comienzo de liga y ninguno de los citados se ha marchado, ni los restantes se han bajado más la ficha.

Y para colmo, parece que el Barça está por la labor de rechazar el acuerdo de LaLiga que les inyectaría unos 40 millones de alivio en la masa salarial. ¿Cómo esperaban renovar a Messi, entonces? La situación no se iba a arreglar sola, y desde fuera del Barça se veía con más claridad que desde dentro que no se movía nada para conseguir que el 10 siguiera de azulgrana. Tebas podía haber sido el salvador, pero el presidente de la patronal siempre dejó claro que no habría excepciones: hay que cumplir con los límites marcados. 

Y ahora, todos pierden. Messi, que deja el club de su vida. El mismo que, por cierto, quiso abandonar la temporada pasada. La historia del burofax, con Bartomeu disfrazándose de presidente con autoridad por primera y última vez en su mandato. Bartomeu, el gran culpable junto a la pandemia de la grave situación económica del F.C. Barcelona. Él, y no tanto Laporta, debe responder por crear la espiral que ha desembocado en el desastre.

Pierde Laporta, el hombre que llegó para intentar arreglar la situación y que siempre estaba tranquilo cuando le preguntaban por Messi. Esperaba seguir teniendo dulces sueños con Messi...y dormido se quedó, porque no hizo lo necesario para garantizar su continuidad. Se ha comido una situación heredada, pero pudo hacer más para evitar la marcha del mito más grande de la historia del Barça. 

Pierde el club, por supuesto. Libera una gran parte de la masa salarial (lo cual alivia pero no soluciona el problema de sueldos, ese es otro tema), pero se queda sin su mayor activo financiero. Hoy, tras el anuncio de la marcha de Messi, el valor comercial del Barcelona disminuye. La venta de merchandising se recrudece, el atractivo para gente de todo el mundo que viajaba a la ciudad para ver jugar a Leo se esfuma. Ya no hay un referente que atraiga a los mejores patrocinadores. Y hablamos sólo de lo económico, porque en lo deportivo se acabó el jugar partidos ramplones confiando en que Messi salve el día, porque ya no estará ahí. Quizá surjan nuevas soluciones, se acabe definitivamente con la messidependencia y se potencie otra forma de jugar. Hoy, todo es incertidumbre. 

Y por último, pierde la liga. La misma que ha pasado de tener a Neymar, Messi y Cristiano a no tener a ninguno. Sin las mayores estrellas, es más difícil vender el campeonato más allá de nuestras fronteras. España se queda huérfana de líderes futbolísticos, y su atractivo decae. Lo peor es que parece muy complicado, salvo que al Madrid se le aparezca la virgen y venga Mbappe, que pueda venir alguien a tomar el relevo. 

Y entonces, aquí...¿quién gana? Pues quien pueda pagar el salario de Messi, y hay dos palabras clave para eso: club estado. Manchester City y PSG son los indiscutiblemente mejor posicionados para hacerse con el argentino, con algún club de la Premier como el Chelsea mirando de reojo. Si va a Manchester, malo para los intereses españoles en la Champions. Pero si va al PSG con Neymar, Di María, Sergio Ramos, Mbappe...convierte a los parisinos en candidatos número uno a reinar tranquilamente en Europa durante años.

Y quizá, sólo quizá, abre la puerta de salida para que Mbappe coja el avión rumbo al Santiago Bernabéu. Eso si el Fair Play (perdón, me da la risa al nombrarlo) todavía significa algo para la UEFA. La misma UEFA de Ceferin que ha premiado a PSG y City por su lealtad con la organización en el tema de la Superliga. En fin...que el futuro del Barça es negro en lo económico e incierto en lo deportivo, porque sus problemas no han terminado. Y que Messi, cuyo futuro es mucho más brillante, puede provocar otros movimientos. O no. Pero lo seguro es que no nos vamos a aburrir en las próximas semanas.