José Ramón Sandoval vuelve a hacerse cargo del Fuenla

El de Humanes y su segundo, Ismael Martínez, retoman las riendas del club para ir a por la permanencia

Dicen que la historia son círculos, hechos que se repiten cada cierto tiempo en contextos históricos diferentes. La del Fuenlabrada no es muy larga, y hay ciclos que se repiten en muy poco tiempo. El que nos ocupa hoy es uno de ellos. Hace un año y un mes, José Ramón Sandoval apuraba sus últimos días como entrenador del C.F. Fuenlabrada. Hoy, vuelve a sentarse en el banquillo. 

El técnico de Humanes vuelve a ser el entrenador del conjunto azulón tras la destitución de Sergio Pellicer, y llegar a un acuerdo fraguado desde la tarde de ayer. Con él, como hace un año, vuelve Ismael Martínez para ser su segundo entrenador. Estarán aquí hasta el final de la temporada, con opción de renovar para la siguiente. 

La anterior etapa de Sandoval arranca días antes de decretarse el estado de alarma, en marzo de 2020. De un equipo atascado e instalado en el empate y la derrota logró sacar un conjunto ganador, que sólo perdió dos partidos de once y se quedó a un descuento de meterse en los playoff pese al COVIDgate de Coruña. En la 2020/21, sufrió los mismos problemas que su predecesor (Mere Hermoso) y su sucesor (José Luis Oltra). Lesiones múltiples y malas rachas se llevaron por delante al técnico nada más cerrar el mercado invernal, después de empatar contra el Tenerife. 

Ahora, el club vuelve a requerir de sus servicios en una situación todavía más complicada que la que se encontró cuando llegó por primera vez. El Fuenla es el penúltimo clasificado con 26 puntos, y la salvación está a siete de distancia gracias al tropiezo del Mirandés ante el Leganés. Tiene varios retos, como realimentar la ilusión y confianza de una plantilla que, mentalmente, parece colapsar. También volver a hacer del Torres un fortín, y evitar que los partidos fuera se conviertan en una tortura. Tiene doce partidos, y muchos enfrentamientos con rivales directos, para conseguir el objetivo. Ya demostró una vez que puede. Si lo hace dos, se ganará un hueco en la historia fuenlabreña.